“Hay que dejar de llorar y ofrecer algo a la gente para que vuelva al centro”

Pequeño empresario de una de esas tiendas a las que uno se refiere cuando habla del encanto de comprar en el centro de Almería. Carlos Domínguez (Madrid, 1978) ha convertido su rinconcito de la calle Zaragoza, Riot Cinema Shop, en todo un templo para los amantes del séptimo arte. Gracias a éste, ha conseguido hacer de sus dos grandes pasiones, el cine y el diseño, un medio de vida gracias al cual cumple las fantasías cinéfilas más locas de los almerienses.

Hace unos días, Javier Bardem visitó su pequeña tienda de la calle Zaragoza con tanta discreción como, según cuentan, simpatía y don de gentes por parte del actor. Un hecho que habla de la consolidación de la industria del cine en Almería, pero, a la vez, de los peligros que acechan al pequeño comercio del centro, que se tambalea en los últimos tiempos.

¿Qué le falta a Almería para convertirse en ‘La Meca’ del cine europeo?Sin duda, unos estudios de grabación. Tenemos los mejores exteriores, pero haría falta cuatro naves enormes que permitan que vengan los equipos a realizar un largometraje completo si quieren. Que no sólo vengan buscando esos paisajes.
Parece que la nuestra es una ciudad amable para las estrellas de Hollywood.Nos gusta mucho todo este ‘boom’ que está viniendo ahora y recibir a las estrellas, pero somos respetuosos con el trabajo. Aunque cuando han venido a recibir premios la ciudad se ha volcado.
¿Crees que durará esta segunda edad de oro del cine almeriense?Espero que sí. Y creo que las instituciones públicas tienen mucho interés en que sigan llegando tanto superproducciones como cosas más pequeñas. La cuestión es saber en qué fallamos en los 70 y no volver a meter la pata en eso.
Cambiando de tercio. ¿Se está muriendo el centro?Yo creo que no. Además, creo que esa palabra es incluso fea. En todas las ciudades, cuando se abren megacentros comerciales hay alguna repercusión. Al pequeño comercio nos fastidia porque corta el flujo de gente, pero me niego a decir que se esté muriendo.
¿Y cuál puede ser la solución?Necesitamos un empujón. Y no creo que la ayuda de las instituciones sea esa solución. El pequeño comerciante es independiente. Lo que tenemos que hacer es dejar de llorar y actuar. Hay que ofrecer algo a la gente para que vuelva. Dar servicios que jamás te podrá dar un centro comercial.Pero no se puede negar que hay una crisis...Para nada. Ya no digo que se venda más o menos, pero el flujo de gente en el último mes y medio ha bajado. Ahora llega una época crucial en la que muchos comercios hacen su año. Si ahora esas ventas bajan, quizás muchos no lleguen al diciembre que viene.
¿Y cómo convencer a la gente? Es David contra Goliat.Nosotros lo que tenemos que hacer es hablar con los clientes y averiguar por qué prefieren ir a un centro comercial. Yo, en mi tienda, he organizado conciertos, proyecciones, firmas de libros... Y hay mucha gente que prefiere el centro porque tiene el aliciente de tomar una tapita o un café, pasear o poder fumarse un cigarro mientras espera.
¿La cultura todavía vende?Por supuesto que sí. Hay mucha gente culta. Pensamos que triunfa Gran Hermano o el cine y la música de poca calidad, pero cada día recibo en mi negocio a un montón de personas con mucha cultura. En Almería hay gente con muchísima proyección.
¿La peatonalización del Paseo puede ser ese empujón?Yo peatonalizaría el Paseo de arriba a abajo. Desde la Puerta de Purchena hasta el Gran Hotel. Hay muchas ciudades como Málaga, Bilbao, Orense o Vigo que apostaron por eso, aunque mucha gente se echara las manos a la cabeza, pero que ahora no lo cambiarían por nada.
Una apuesta alternativa...Y tenemos que hacerla entre todos. Hay muchos comercios que podrían dar ese servicio extra que es original y que vincula. Nosotros hemos convertido a muchos clientes en amigos.