Salvador Otero, adiós a un humilde portento de la cocina

Llego de unas pequeñas vacaciones y nada más aterrizar en Almería me comunican desde ACRIA que el pasado jueves fallecía el buen cocinero y mejor persona, además de amigo, Salvador Otero, chef del catering Lima Roja, tras una imprevista y brevísima enfermedad. Su desaparición ha supuesto un jarro de agua fría tanto para su familia, a la que damos nuestros más sentido pésame, así como para compañeros de profesión y amigos.

Salvador era un profesional muy querido, muy preparado y de esos cocineros avanzados que no paraba de investigar y muy creativo.

Estaba muy preparado y formado, estudió en la Escuela de Hostelería Almeraya de Almería y más tarde hizo una diplomatura universitaria. 

Actualmente era chef de Lima Roja, donde estaba desarrollando una gran labor, creando un buen equipo. Trabajó también en El Potro y el Hotel NH Ciudad de Almería. Además era colaborador de Nutrisan con la que impartía charlas, así como en la Universidad.

También era miembro de Eurotoques para la Universidad de Mayores, desde hace muchos años y socio de la Asociación de Cocineros de Almería ACRIA. Era un gran deportista, una de sus pasiones.

Salvador Otero era uno de esos cocineros avanzado a su tiempo, de los que van por delante de modas y tendencias, siempre evolucionando e investigando, pero siempre con humildad, sin darse importancia y ayudando a cuantos compañeros le solicitaban algún consejo.

Recuerdo con cariño nuestras conversaciones sobre cocina y algunos platos que elaboró para que los degustara y les diera mi opinión, como un paté de pato, con una gran presentación, y unas manitas de cerdo rellenas con las que consiguió una mención en la Ruta de Tapas por Almería.

Coincidimos hace sólo unos meses en la sede gastronómica del Paseo de Almería donde impartió una charla y preparó unos platos sobre gamba roja, junto a su compañero Tony Salinas.

Salvador, allí donde estés seguirás investigando y preparando delicias nuevas para el paladar, así que el cielo te acogerá con los brazos abiertos como te merecías. Dejas un gran hueco entre tus familiares, compañeros y amigos.