En Casa - Día 32

Visto lo cual, dos más dos es igual a cinco o a doce o a más, depende del conteo de fallecidos según el Gobierno y las Comunidades Autónomas. No sé, al concluir esta undécima plaga de Egipto cuando acabe, si acaba, habrá de instituirse la II Ley de Memoria Histórica. Algunas familias buscan el cuerpo de parientes muertos por el Covid-19, tras veinte días de su fallecimiento. Es tremendo, angustioso, según hacen saber desde la Asociación de Afectados por la Gestión del Coronavirus. Cuentan que, por ahora, “está siendo difícil a las familias conseguir los certificados de defunción para acreditar el fallecimiento de su familiar”.

Me llama Antonio, un amigo de Córdoba empantanado en un ERTE. Además de profundizar en asuntos peliagudos: ambiente familiar, estudios de sus hijos y así de seguido, me cuenta que se ha hecho adicto a la serie o telenovela “Amar es para siempre”, que le sirve para pasar el tiempo. Muy bien, cada cuál es libre de emplear a su gusto el ocio forzoso. Le recomiendo que, al mismo tiempo, lea algún libro de Christiane Gohl, escritora que bajo el seudónimo de Sarah Lark ha publicado auténticos best seller, como la trilogía de “En el país de la nube blanca” o la del “Árbol Kauri”. Auténticas delicias literarias.

He buceado a pulmón en Internet. Nada, curiosear acerca de la telenovela que me cita mi amigo Antonio. Años atrás esta serie se llamaba “Amar en tiempos revueltos”, luego, no vienen a cuento los detalles, cambió de canal televisivo y, consecuentemente, de nombre. Ignoro si algún guionista se habrá planteado una serie titulada “Gobierno revuelto”, así, sin más, por poner. Con un estilo, cómo diría, entre ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, ‘Peaky Blinders’ y ‘House of Cards’. ¿Se animará alguna productora que no esté subvencionada? La verdad es que argumento hay, personajes a tutiplén, verdades y mentiras a espuertas, secretos, odios y venganzas a barullo. Y encerrados como estamos, arrasaría en audiencia. ¿Mira que, si nos ponemos, entre algunos amigos junta palabras la escribimos? Luego ya se verá si la producen.

Hoy no tengo música de fondo mientras escribo. Escucho el cantar de los pájaros. Se habrán puesto de acuerdo las aves, digo yo, en este concierto. Es sumamente relajante. No creo que nadie lo haya dejado escapar, aunque me parece percibir el trino de un canario por encima del gorgojeo de un mirlo. Es la sonata nº 1 de ‘Calles Vacías’.

Me intereso por el estado de salud de amigos médicos. Les envío un ‘guasá’ para saber cómo están. Esta gente, estos amigos, son de otra pasta. A medida que su trabajo lo permite me llegan sus respuestas. Ni una queja, ni una. Ninguna muestra de cansancio, ninguna. Todo bien, todo está bien, sin problemas. Incluso me mandan vídeos de humor. A esta gente, a estas personas, hay que quererlas más allá de los aplausos diarios. Ahora que ha salido el sol dan ganas de echarse a la calle, acercarse y darles un abrazo. Lástima no poder hacerlo, yo, sin dudarlo, me quedo en casa.