La rehabilitación del Anfiteatro Romano de Mérida tendrá sello almeriense

El estudio de arquitectura Monumenta redacta el proyecto para recuperar la construcción

Vista general tomada con tecnología 3D del Anfiteatro Romano de Mérida.
Vista general tomada con tecnología 3D del Anfiteatro Romano de Mérida. La Voz
Marta Rodríguez / Eva de la Torre
07:00 • 18 jun. 2020 / actualizado a las 10:23 • 18 jun. 2020

Una de las construcciones que da testimonio del papel que desempeñó Mérida -entonces Emérita Augusta- como una de las ciudades más importantes de toda Hispania pronto llevará el sello de un estudio de arquitectura almeriense. Monumenta está redactando el proyecto de rehabilitación del Anfiteatro Romano de la ciudad a la que los soldados eméritos de las legiones se retiraban para consagrar sus últimos años al divertimento después de toda una vida al servicio del Imperio.



Aplicación de tecnología de vanguardia

Monumenta es un estudio de arquitectura almeriense compuesto por dos socios, Lola Miralles Miralles y Gerardo Francisco Úbeda Rueda. El estudio cuenta con restauradores y arqueólogos para el desarrollo de los proyectos. Se basa en la aplicación de tecnologías de vanguardia para la toma de datos y redacción de los proyectos, consiguiendo además innovar en el método de trabajo y profundizar sistemáticamente en la identificación de patologías.


Sus técnicos centran su labor en proyectos de restauración del patrimonio, habiendo realizado, entre otros, el Plan Director del Cerro del Espíritu Santo de Vera e intervenciones en el Aditus del Teatro Romano de Málaga.




En concreto, el estudio almeriense -formado por Lola Miralles y Gerardo Francisco Úbeda- se encuentra desa­rrollando la segunda fase del proyecto, que consiste en el análisis de patologías y daños del edificio. En la misma sus arquitectos trabajan de forma conjunta con los técnicos de Mérida.




“A partir del análisis de estas patologías de manera singular, pasamos a definir las soluciones planteadas para cada una de ellas, y su aplicación de ejecución en la obra; a partir de esto, se desarrollará la memoria, planimetría y presupuesto de la obra”, indican a LA VOZ desde Monumenta.




La particularidad en la forma de trabajar de Monumenta reside en que usan las últimas técnicas y tecnologías aplicadas a la restauración del patrimonio, lo que arroja resultados milimétricos. Quizá por eso también acaban de ganar el concurso para hacerse cargo del proyecto de adecuación de restos arqueológicos del Teatro Romano de Málaga. En la actualidad, investigan una nueva tecnología sobre aplicación de técnicas 3D en estudios arqueológicos junto a un equipo de arqueólogos, informáticos y arquitectos almerienses.




“Seguimos una metodología de trabajo muy similar a la de cualquier clínica de medicina, donde las fases son reconocimiento, sintomatología, patologías y soluciones”, aseguran los arquitectos haciendo un símil médico.




En el caso del Anfiteatro de Mérida, la primera fase ha pasado por la toma de datos y creación de una documentación planimétrica completa y fidedigna.
Tal y como explica Lola Miralles, este paso es fundamental al tratarse de un proyecto de restauración del patrimonio, puesto que “debemos proteger todos los elementos del edificio original, y para ello, debemos poder representarlos perfectamente”. “Para este paso, nuestro estudio ha contado con elementos tecnológicos de vanguardia que nos permiten recoger toda esta información para posteriormente confeccionar la planimetría”, añade.




Principales patologías
El periodo de estudio del Anfiteatro Romano de Mérida es relativamente corto, puesto que se descubrió y comenzó a excavar a principios del siglo XX.


A juicio de la arquitecta, los elementos que mayor deterioro han sufrido como consecuencia de las agentes atmosféricos y las intervenciones humanas han sido las estructuras de ‘hormigón romano’ que conformaban la parte media del graderío. “Estas piezas estructurales se encuentran en una situación de inestabilidad que hay que resolver; lo que más nos preocupa son los giros y desplomes. Por otra parte, tenemos ataques biológicos y químicos que afectan a los elementos de unión, así como a las mamposterías”, argumenta.


La idea es tratar de resolver todas las patologías y deterioros estructurales que sufre el edificio para asegurar su estabilidad y mantenimiento.


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