Elvira Carcedo
23:18 • 07 dic. 2011
Hace poco más de un mes, el 1 de noviembre, David Bisbal pudo cumplir un sueño: celebrar sus diez años de carrera actuando en el Teatro Real de Madrid. Esa noche mágica, el almeriense presentó su última gira: ‘David Bisbal Acústico’. La voz del cantante brilló, así como los músicos que le acompañaban, y el resultado se publica ahora bajo el título David Bisbal. Una noche en el Teatro Real. Se ha editado en formato de lujo que incluye un DVD con el concierto íntegro y un doble CD que permite disfrutar de un David renovado y diferente, pero sin perder su esencia musical ni sus raíces. Mañana estará en Almería para firmar este trabajo en Carrefour desde las 18 horas.
P. - ¿Contento con el resultado?
R. - Sí, no sólo con el concierto del Teatro Real sino con el proyecto en general. Cuando empecé la gira en abril, en nuestra tierra, Almería, pasé más nervios que en la grabación del DVD porque era la presentación oficial y no sabía si le iba a gustar a la gente ese cambio tan fuerte. Me quedé muy satisfecho con los conciertos en el Maestro Padilla y durante estos meses he ido rodando el formato hasta el día de la grabación, que me sentí mucho más tranquilo.
P. - El hecho de que se grabase el concierto, ¿aumentó sus nervios?
R. -Sí, una de las cosas que más me hacía ponerme nervioso era ésa, pero cuando vi que la primera canción sonaba bien, que por cierto era Almería, tierra noble, me sentí cómodo y me alegré de que se estuviese grabando. También se pasan nervios porque vienen todos los medios de comunicación, medios extranjeros, compañeros de trabajo, mucha gente conocida, los fans, el décimo aniversario...
P. - Fueron dos horas y cuarto de concierto. ¿Cómo hizo para dosificar las fuerzas y mantener el mismo nivel hasta el final?
R. -Es muy duro. Este concierto es mucho más difícil que los conciertos de verano pese a que no me muevo tanto. Sin embargo, los arreglos musicales son muy difíciles y cuesta horrores tratar de controlar la voz todo el tiempo. Además es muy exigente a nivel de sentimiento. Hay que saber dosificarse porque el repertorio va endureciéndose como en los grandes puertos. Cantar Y si fuera ella después de dos horas de concierto se me hace un poco cuesta arriba, pero cuando veo que la voy dominando me gusta mucho.
P. - Se le escapó un salto de alegría al final del concierto.
R. - En ese momento dije: he guardado la compostura y el protocolo del Teatro Real, ahora que se me vea un poco la esencia del David de siempre. Y mandé un beso al aire con un salto de los míos.
P. - En esta gira ha sido el director artístico, ¿qué le ha aportado esta nueva faceta?
R. - Siempre me he visto involucrado en mis proyectos, pero por primera vez la discográfica me ha dado total libertad para elegir a la gente que yo consideraba que me iba a aportar lo mejor. Confiaban totalmente en mí, me apoyaron desde el primer momento y así empecé a trabajar con Joan Albert Amargós, Julio Montalvo, David Palau y mi equipo de producción. Quería que todo fuese acorde con la elegancia de la música.
P. - ¿Qué fue lo más difícil?
R. - La música. Los arreglos me han hecho adaptarme a una forma diferente de cantar, más susurrada y con menos apoyo de la banda. Hacer un concierto acústico es muy fácil, sólo hay que quitar los instrumentos electrónicos y ya tienes un acústico. Pero yo no quería que fuese así. Quería que se revistiera de una forma diferente y que se le diese un toque de clase a las canciones: bossa nova, swing, jazz…un poco de todo. La dificultad se ha añadido y me ha obligado a cantar de manera diferente, a cambiar las melodías y los tempos.
P. - Ese trabajo previo ha servido para que mucha gente vaya por primera vez a un concierto suyo.
R. - Es algo que me ha sorprendido y que me ha gustado mucho. Me alegro de que haya sido éste que es tan diferente.
P. - Otro de los puntos fuertes del acústico es el repertorio. ¿Cómo ha elegido los 23 temas?
P. - ¿Contento con el resultado?
R. - Sí, no sólo con el concierto del Teatro Real sino con el proyecto en general. Cuando empecé la gira en abril, en nuestra tierra, Almería, pasé más nervios que en la grabación del DVD porque era la presentación oficial y no sabía si le iba a gustar a la gente ese cambio tan fuerte. Me quedé muy satisfecho con los conciertos en el Maestro Padilla y durante estos meses he ido rodando el formato hasta el día de la grabación, que me sentí mucho más tranquilo.
P. - El hecho de que se grabase el concierto, ¿aumentó sus nervios?
R. -Sí, una de las cosas que más me hacía ponerme nervioso era ésa, pero cuando vi que la primera canción sonaba bien, que por cierto era Almería, tierra noble, me sentí cómodo y me alegré de que se estuviese grabando. También se pasan nervios porque vienen todos los medios de comunicación, medios extranjeros, compañeros de trabajo, mucha gente conocida, los fans, el décimo aniversario...
P. - Fueron dos horas y cuarto de concierto. ¿Cómo hizo para dosificar las fuerzas y mantener el mismo nivel hasta el final?
R. -Es muy duro. Este concierto es mucho más difícil que los conciertos de verano pese a que no me muevo tanto. Sin embargo, los arreglos musicales son muy difíciles y cuesta horrores tratar de controlar la voz todo el tiempo. Además es muy exigente a nivel de sentimiento. Hay que saber dosificarse porque el repertorio va endureciéndose como en los grandes puertos. Cantar Y si fuera ella después de dos horas de concierto se me hace un poco cuesta arriba, pero cuando veo que la voy dominando me gusta mucho.
P. - Se le escapó un salto de alegría al final del concierto.
R. - En ese momento dije: he guardado la compostura y el protocolo del Teatro Real, ahora que se me vea un poco la esencia del David de siempre. Y mandé un beso al aire con un salto de los míos.
P. - En esta gira ha sido el director artístico, ¿qué le ha aportado esta nueva faceta?
R. - Siempre me he visto involucrado en mis proyectos, pero por primera vez la discográfica me ha dado total libertad para elegir a la gente que yo consideraba que me iba a aportar lo mejor. Confiaban totalmente en mí, me apoyaron desde el primer momento y así empecé a trabajar con Joan Albert Amargós, Julio Montalvo, David Palau y mi equipo de producción. Quería que todo fuese acorde con la elegancia de la música.
P. - ¿Qué fue lo más difícil?
R. - La música. Los arreglos me han hecho adaptarme a una forma diferente de cantar, más susurrada y con menos apoyo de la banda. Hacer un concierto acústico es muy fácil, sólo hay que quitar los instrumentos electrónicos y ya tienes un acústico. Pero yo no quería que fuese así. Quería que se revistiera de una forma diferente y que se le diese un toque de clase a las canciones: bossa nova, swing, jazz…un poco de todo. La dificultad se ha añadido y me ha obligado a cantar de manera diferente, a cambiar las melodías y los tempos.
P. - Ese trabajo previo ha servido para que mucha gente vaya por primera vez a un concierto suyo.
R. - Es algo que me ha sorprendido y que me ha gustado mucho. Me alegro de que haya sido éste que es tan diferente.
P. - Otro de los puntos fuertes del acústico es el repertorio. ¿Cómo ha elegido los 23 temas?
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