Hoy, 2 de diciembre, es el verdadero primer día del año nuevo. El 1 nos lo pasamos en semiletargo recomponiéndonos de la Nochevieja y recogiendo confetis. Por ello, cayendo este día en sábado, muchos podremos hacer una ruta vivificante.
Si partimos desde Almería pondremos la brújula dirección al faro de Cabo de Gata. En ello emplearemos alrededor de 45 minutos tomando la Autovía del Aeropuerto, para desviarnos por la carretera AL-3115 a la altura de Retamar según las indicaciones.
Cabo de Gata o El Cabo es una barriada de Almería que en la actualidad cuenta con algo más de 1500 habitantes. No empezó a estar habitado por grupos de pescadores hasta el siglo XVIII. A partir de los años 70 del siglo XX comienza su transformación urbanística que, como en tantos sitios de costa, no fue del todo respetuosa con el medio ambiente. La principal pérdida en este sentido la protagonizaron las dunas de arena que la agricultura intensiva utilizó para construir invernaderos y que en días de viento cubría las calles. La humilde arquitectura original de sus casas blancas cuadradas con apenas una puerta y dos ventanas azules puede verse de vez en cuando, en especial en las calles del siguiente asentamiento dirección al faro, La Fabriquilla. Hoy en día sus principales ingresos provienen de la agricultura intensiva y del sector servicios derivados del turismo.
Las Salinas. Llegados al pueblo podremos dirección al faro de Cabo de Gata, situado a 7 km hacia el Levante. Su omnipresencia sobre la planicie de la rectilínea playa de las Salinas hace inconfundible la perspectiva, dada la potente negrura de su composición geológica de origen volcánico. Las salinas como tales son una explotación de sal única en Andalucía Oriental. Pero a parte de su uso productivo poseen un valor ecológico mucho mayor. Se han contabilizado más de 100 especies distintas de aves en estos humedales, siendo un 70% de ellas aves que utilizan las salinas como lugar de descanso en su proceso migratorio. Una de sus riquezas ornitológicas es el gran número de flamencos rosados, sobre todo a finales de julio y principios de agosto.
La playa de las Salinas es una de las preferidas por los almerienses por su cercanía a la capital y la calidad de sus aguas cristalinas que permiten disfrutar de un día de mar y sol en estado de gracia. Además, desde su orilla se podrán contemplar los atardeceres más hermosos de Europa y practicar buceo todo el año. La carretera paralela a la playa hasta el faro es una de las más fotografiadas de España por su contraste de colores rotundos como paisaje inconfundible de anuncios de marcas de coches brillantes o escenario de películas tan deliciosas como: Vivir es fácil con los ojos cerrados, rodada en estos parajes en 2013. Su pequeña iglesia recién restaurada es parte fundamental de la postal almeriense.
Pasaremos por La Fabriquilla, el último asentamiento perteneciente a Almería capital. A partir de aquí tomamos la serpenteante carretera del faro y habremos entrado en el municipio de Níjar. Si buscamos el origen del nombre de este cabo tenemos que ir hasta el cercano Cerro de la Testa, una colina de 343 metros de altura. En el siglo VI a. d. C. los fenicios denominaban a este cerro Promontorio de las Ágatas. El ágata es una piedra semipreciosa que se encuentra en rocas volcánicas. La piedra perdió con el tiempo su primera vocal y renació como gata.
Faro de Cabo de Gata. Una vez alcancemos el punto álgido de la montaña nos encontremos en el Parque Natural y junto al faro. Y si estamos alejados de los demás lo suficiente, llegados a este punto, hoy sería muy recomendable quitarse la mascarilla y gritar al mar a pleno pulmón, solo gritar, sobran las palabras. Soltar todo lo que hemos dejado atrás y sentirnos afortunados de seguir aquí, de sentirnos una misma especie. Esa debería ser la enseñanza principal del 2020. Lo de menos es que este sea el punto sur oriental donde termina Europa sobre un acantilado de 50 metros sobre el mar. Lo de más es que África empieza a apenas 200 kilómetros, la misma distancia que nos separa de Murcia. Luego podremos observar la construcción del faro que data de 1863 ampliándose durante el siglo XX, con una altura de torre de 18 metros, sus destellos son visibles desde 30 millas, unos 45 kilómetros. El faro fue construido como aviso a navegantes de la presencia de la peligrosa Laja del Cabo, este arrecife que se encuentra a una milla marítima dentro del mar frente al faro, causante de numerosos naufragios. Desde este punto se puede fotografiar el hermoso Arrecife de las Sirenas, postal inconfundible del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. El lugar debe su nombre a la presencia de focas monje que habitaban la costa antiguamente y que los navegantes pudieron confundir con sirenas.
Sería delicioso hacer una excursión y descender a pie hasta alguna calita adyacente y mojarnos con este turquesa.
Después de este yoga marítimo en estado puro, hay que alimentar el cuerpo. Para ello remiendo volver dirección a Almería capital y, apenas a media hora en coche, parar en el barrio de La Cañada. Busquen en la antigua carretera de La Cañada-Níjar 312 la terraza del Bar-Restaurante Zirok's. Su tapa de pota a la plancha o frita no tiene parangón. Después estaremos apenas quince minutos del centro de Almería.
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