La posguerra en Almería en imágenes, como nunca antes se ha visto

El binomio posguerra y fotografía sugiere imágenes de desfiles militares y de colas para el racionamiento de alimentos. Sin embargo, los veinte largos años durante los que dio la cara el franquismo más cruel no lograron frenar una vida cotidiana que dejó escenas que, en su mayoría, estaban ocultas en álbumes antiguos y baúles familiares olvidados.

Ahora, una exposición producida por los Museos de Terque -guardianes de la vida cotidiana de Almería- rescata una selección de sesenta de estas imágenes, muchas de ellas inéditas y casi todas tomadas en la provincia. Son documentos que convierten al observador en testigo privilegiado de una etapa sensible de nuestro pasado, ya que le permiten observar a través de una mirilla y colarse tanto en el ámbito del hogar como en del trabajo, el ocio, el deporte o el transporte de aquellos supervivientes que se aferraron a la rutina y a su intimidad como últimos resquicios de libertad.

‘Bajo el yugo y las flechas. La posguerra en España 1939-1959’, cuyo nombre alude al símbolo que se encontraba a la entrada de todos los pueblos y ciudades de España, es la primera muestra monográfica sobre este tema que se lleva a cabo en Almería.

La Cueva de San José de Terque acoge la exposición, que reúne materiales provenientes de los fondos del Museo Etnográfico, que custodia una enorme colección de la época. También han colaborado con la iniciativa la Hemeroteca de la Diputación Provincial y colecciones privadas como las de la familia del fotógrafo Domingo Fernández Mateos, reportero gráfico del diario ‘Yugo’, y la del escritor y periodista Eduardo del Pino Vicente.

Junto a las instantáneas, hay objetos de la cultura material de la posguerra: billetes, monedas, lotería, quinielas, cupones de ciego, tebeos, prensa de Almería, maletas, radios, enseres domésticos, reclinatorios o radios.

De testimonios y homenajes
El recorrido por ‘Bajo el yugo y las flechas. La posguerra en España 1939-1959’ incluye, además, testimonios estremecedores como el de Guillermina Martínez Ruiz, que relata así el que con probabilidad fue el momento más duro de su vida: “No teníamos más que una cama para las tres, nos quedamos sin nada, con mi padre en la cárcel, mi madre tuvo que ir vendiéndolo todo para comer. Un día nos dio una diarrea a las tres, mi madre sentada en la cama nos abrazó y nos dijo: hijas mías, ha llegado la hora de morirse. Una vecina, Julia, nos trajo un plato de comida aquel día que nos dio la vida, y pudimos contarlo”.

Tal y como explica el director de los Museos de Terque, Alejandro Buendía, el objetivo de la propuesta es recordar a todos aquellos españoles que fueron protagonistas de estos difíciles años y enseñar a los más jóvenes una parte de la historia de España que la mayoría desconocen. “Años de sufrimiento que no debemos olvidar para no volver a repetirlos”, concluye.