“Como la gran mayoría, yo era un gran ignorante sobre Palomares, más allá de lo que había investigado por mi cuenta y de la famosa fotografía del baño de Fraga. Fue el olfato de David Beriain el que le llevó a buscar; él supo ver qué había detrás de esa imagen”. Álvaro Ron, director de ‘Palomares. Días de playa y plutonio’, recuerda al malogrado periodista mientras charla con LA VOZ días antes de la emisión del último episodio de la serie en Movistar+. Y no será la única vez que la figura del reportero planee sobre la entrevista.
Beriain, fundador de 93 Metros, productora junto a Movistar+ de la serie sobre el accidente nuclear de 1966, falleció a los pocos días del estreno del primer capítulo. "David fue muy generoso al entregarme este proyecto: estaba muy orgulloso de él, le apetecía mucho contar esta historia", explica Ron al otro lado del teléfono.
De hecho, al final del último episodio, un rótulo recuerda a Beriain y al cámara Roberto Fraile, los dos asesinados en Burkina Faso mientras rodaban un documental. “David aportó todo lo periodístico del proyecto, marcó la línea editorial: es una historia que se puede contar de mil maneras y él nos ayudó a dosificar la información. Él quería seguir con esta línea de documentales, más grandes, más profundos. Su pérdida ha sido un golpe muy duro y a él le dedicamos la serie”, asegura Ron con la voz entrecortada.
Cuatro entregas y un final por resolver
A lo largo de cuatro entregas (se han emitido semanalmente en el canal #0 y ya está disponible de forma íntegra en el catálogo de la plataforma), ‘Palomares’ ha vuelto a poner en primera plana un incidente gravísimo –“podía haber pasado a la historia toda Andalucía y una parte de España”– y con un final aún por escribir que, sin embargo, ha quedado en el imaginario colectivo como una estampa berlanguiana de aquella España en blanco y negro.
“Ha sido un año muy intenso de trabajo”, confiesa el director sobre la producción y el rodaje de la serie. El tema ha dado a lo largo de estos años para investigaciones periodísticas, libros y un documental imprescindible, ‘Operación Flecha Rota’, dirigido por José Herrera Plaza y producido Antonio Sánchez Picón en 2008. Lo que ha hecho ahora 'Palomares. Días de playa y plutonio' es reconstruir aquel suceso, con ritmo, datos bien dosificados y claridad expositiva, y recuperar las voces de muchos de sus protagonistas. Entre ellos, varios de los vecinos de una localidad que lleva más de medio siglo arrastrando el sambenito del incidente.
“No es solo lo del accidente: en el corazón de la historia están sus personajes, que siguen sufriendo las consecuencias de aquello. Teníamos que darles voz, que vieran que no era otro documental más ni un reportaje rápido. Había que darles el tiempo y el espacio necesarios para que pudieran hablar, expresarse”, detalla el cineasta.
Un proceso natural
Un proceso que surgió, cuenta, “de forma natural”. “Es su historia, no la nuestra”, remarca Ron, quien en la presentación de la serie confesó que le quitaba el sueño pensar cómo la recibirían los vecinos de Palomares. “En general, la recepción ha sido muy positiva. Cada uno a su manera, hay quien nos ha felicitado de forma más escueta y otros han sido más efusivos. El último capítulo, el que habla de las consecuencias, ha sido el más complicado, ya que por la duración [cada episodio supera por poco los 50 minutos] no podíamos ponerlo todo. Pero está lo más importante: el accidente y lo que vino después”.
Entre los protagonistas que prestan su testimonio están Antonia Flores, que tenía 6 años cuando ocurrió el accidente y luego fue alcaldesa de Palomares; José Manuel González, hijo del alcalde de la localidad cuando los aviones con las bombas chocaron en el cielo; Pedro Perales, vecino de Cuevas del Almanzora; y José Herrera Plaza, una de las voces más autorizadas en la materia que además ejerce de asesor junto a los periodistas Barbara Moran y Rafael Moreno Izquierdo.
También ha entrevistas grabadas en Estados Unidos con norteamericanos como Joe Ramírez, abogado del Ejército del Aire destinado en Torrejón, y William B. Jackson, teniente destinado en la base de Morón, que fueron los primeros en llegar a la zona del siniestro, o John Jarvis, miembro de la unidad de protección radiológica destinado en Morón que se desplazó hasta Palomares. Todos alaban el sacrificio y la humanidad de un pueblo que no hizo más que ayudar sin saber la amenaza a la que se enfrentaban.
Reconstruir la historia
La serie opta por alternar las entrevistas y las imágenes de archivo, algunas inéditas, con secuencias rodadas en localizaciones de Almería y Murcia que recrean los acontecimientos. “Me consta que hay detractores: los muy puristas del género están en contra. Pero hay grandes documentales que lo han hecho antes, no es algo nuevo ni somos pioneros”, apunta el director, quien defiende que han querido de esta forma “llevar al espectador de la mano a ese lugar”.
El resultado es más que notable, con una apuesta por lo cinematográfico (ese plano inicial de dos caracoles arrastrándose sobre una piedra, que tanto cuenta) pese a las limitaciones, no solo porque ‘Palomares. Días de playa y plutonio’ se haya rodado durante la pandemia. “Jugamos en otra liga: es la serie en la que he tenido el presupuesto más bajo pero el resultado es mérito del equipo, que se echó el proyecto a la espalda”, expresa citando nombres como los de Antonello Novellino, director de producción, o Álvaro Martín Blanco, director de fotografía. “Yo mismo he estado cargando y descargando, cosas que no hacía desde hace mucho tiempo”, desvela Ron, quien se ha puesto tras la cámara en series como ‘La chica de ayer’, ‘Los protegidos’, ‘Vivir cantando’ y ‘La caza. Monteperdido’.
En cuanto a la experiencia de rodar en Almería, Ron lo tiene claro: “Ha sido brutal: por los paisajes y por la gente, que está muy preparada. Hay grandes técnicos locales, muy profesionales”, detalla. En los créditos, por ejemplo, figura Rafael Alcaraz como atrecista, un almeriense de Tabernas que ha trabajado en producciones rodadas en la provincia y en toro el territorio nacional, como ‘Exodus’, ‘Juego de tronos’, ‘El hombre que mató a Don Quijote’ y ‘Nieva en Benidorm’.
Sin embargo, el director de ‘Palomares’ reconoce que “no ha sido fácil” encontrar lugares que se parecieran a cómo era la pedanía de Cuevas del Almanzora en 1966. Para ello tuvo que patearse buena parte de la provincia, labor en la que le acompañó el desaparecido productor almeriense Kiko Medina. “Toda esta zona ha cambiado mucho, así que tuvimos también que ir por Murcia: Mazarrón, Cartagena y Ramonete [una pedanía de Lorca], que es lo más parecido a la Palomares de la época”, asegura.
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