El Aula Creativa de Música celebra su fin de curso en el Teatro Cervantes

Estos tiempos que corren han limitado incluso las habituales celebraciones y despedidas de final de curso, en las que los más pequeños hacían ostentación de sus habilidades artísticas. A menudo, vestidos de forma muy simpática para la ocasión con el objetivo de lograr la satisfacción, y emoción, sobre todo, de padres y amigos, jaleados por la implicación del personal docente. 

No ha sido así para Aula Creativa de Música que dirige Rosa María López Reche, que se ha tomado este día de final de curso como si no pudiera haber otro. 

Y con él ha dado cabida y realce a las actividades que se van desarrollando durante todo el curso. Solo que esta vez tanto para las actuaciones como para las audiciones asumieron la reserva del Teatro Cervantes, con el propósito de poder implicar a todos los alumnos que participaron de manera voluntaria y voluntariosa, que no fueron pocos: se tuvieron que celebrar dos sesiones de 150 alumnos la primera y de 70 la segunda, desde la edad de un año hasta adultos. Pero además, los asistentes fueron unas 600 personas en total. 

Mucha música

Aunque se dieron momentos teatrales lógicamente las actuaciones fueron musicales porque este centro educativo emplea una metodología, Músicaeduca, líder en estimulación musical temprana e iniciación musical, hasta clásicos como ‘El barbero de Sevilla’, ‘La primavera’ de Vivaldi o el ‘Vals’ de Schubert hasta Bob Dylan y los Beatles; en cualquier caso desde canciones infantiles pedagógicas.

También participaron alumnos del programa ‘Despierta’ (único centro en la provincia que especializado en el desarrollo del talento y las altas capacidades) que presentaron sus proyectos.

Puesta en escena

Al escenario acogedor e inigualable dispuesto sobre las tablas del centenario Teatro Cervantes de Almería se unió la armonizada puesta en escena, la distribución de los elementos e instrumentos, muy bien coordinados y dirigidos, para que hubiera continuidad y se fueran reproduciendo las sonrisas y emociones. 

La satisfacción de los asistentes al salir era patente y destacaban la buena organización, el control del escenario y del personal del teatro que se encarga de gestionar que todo salga bien, como así fue, consiguiendo que se cumplieran escrupulosamente las medidas contra el Covid-19. Más contentos aún los pequeños que recibieron un presente a la salida tras demostrar su talento sobre el escenario.

A la plena satisfacción de lo que puede suponer un espectáculo a modo de celebración, que animó el interior y los aledaños del Teatro Cervantes, estas iniciativas privadas hay que verlas como agitación cultural compartida, pero también como un impulso a que los más jóvenes conozcan y desarrollen sus habilidades sociales artísticas, les cojan afecto y sirvan para nutrir conservatorios, escuelas de teatro, o quien sabe, de público formado, pero siempre nutriendo su personalidad.

Para disfrutar de este fantástico fin de curso del Aula Creativa de Música hubo posibilidad de adquirir entradas libremente, que bien lo merecía, aunque ya quede, como en este caso, la grabación de cámara y vídeo traídos por la propia organización y en la propia retina.