¿Cuándo nació Almería, en 1822 o en 1833?: Cuevas celebra el bicentenario

En el Castillo se inaugura hoy una completa exposición comisariada por Enrique Fernández Bolea

Imagen de la sala de La Tercia de Cuevas con la deliciosa exposición preparada para ser inaugurada.
Imagen de la sala de La Tercia de Cuevas con la deliciosa exposición preparada para ser inaugurada.
Manuel León
11:32 • 18 dic. 2021

Cuándo nació Almería, cuándo vio la luz primera como provincia la tierra de los tempranos. Dos fechas aparecen en el horizonte: la oficialista de 1833, seguida tradicionalmente por una amplia nómina de historiadores y cronistas, desde Jover al Padre Tapia, desde Flores González-Grano de Oro a Enrique Santoyo; o la más sexy de 1822, alimentada por las fuentes y el rigor del catedrático de Historia Económica, Andrés Sánchez Picón. 



El quid de la cuestión estriba en que Picón demuestra -viene demostrando desde hace al menos cuatro años- con documentos originales, que Almería nació como provincia separada del antiguo reino de Granada desde 1822, en plena efervescencia del Trienio Liberal: una Circular del Gefe político de la provincia, Luis Veyán, con fecha de 15 de noviembre de ese año así lo demuestra (documento depositado en el Archivo Municipal de Vera). Otra cosa es que, con la vuelta del absolutismo del felón Fernando VII, esa resolución, emanada de las Cortes, quedara derogada tras solo unos meses de hálito. Pero Picón evidencia, con pelos y señales, que Almería respiró unos meses como provincia independiente, en detrimento de Baza que fue su gran contrincante en ese debate tan remoto por la provincialidad del Oriente granadino.



Como paladines de esa victoria almeriense sobre su rival bastetano, se posicionaron el diputado y luego senador Francisco Torre- Marín y Javier de Burgos, aunque los laureles se los llevara a la postre, como bien sostiene Picón, el cuñado de Torre-Marín, Narciso Heredia, que da nombre a una céntrica Plaza de Almería atestada de terrazas y veladores. 



 A esa estela investigadora se ha agarrado en solitario el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora para no dejar pasar una efeméride tan señalada como el segundo bicentenario de la creación de la provincia. Por ahora, no se conocen, extrañamente, más iniciativas de celebración de este aniversario, ni siquiera desde el Palacio de Navarro Rodrigo.



En el Castillo de Cuevas, en la Sala de Exposiciones de La Tercia, se inaugura hoy para conmemorar esta fecha crucial, ese triunfo de Almería sobre Baza, una muestra titulada ‘Génesis. Almería y Cuevas del Almanzora  en el bicentenario de la creación de la provincia”, comisariada por Enrique Fernández Bolea, urdidor de toda esta impagable trama cultural sin réplica en ningún otro municipio de la provincia. 



Para ello se ha elaborado un conjunto de soportes –paneles y audiovisuales- que relatan los principales acontecimientos y hechos, expuestos de modo claro, didáctico y divulgativo con el fin de facilitar su comprensión y conocimiento entre quienes se acerquen y visiten esta exposición. Un complemento útil y atractivo es la colección de más de 200 piezas originales –mapas, planos, grabados, litografías, fotografías, libros, revistas ilustradas, monedas, medallas y otros objetos– que ilustran el recorrido, contribuyendo a la ambientación de la época en la que se enmarcan los hechos y procesos históricos que se abordan.



En el segundo ámbito de la exposición se analizan las causas y circunstancias, relacionadas con la amenaza del corso turco y berberisco, que impidieron que en los siglos XVI y XVII la población de Las Cuevas y Portilla se distribuyese por toda su jurisdicción, quedando restringida a estos dos núcleos amparados por la seguridad que les otorgaba la fortaleza del Marqués de los Vélez.



Concluye el recorrido expositivo con un tercer ámbito más gráfico, puesto que la creación de la provincia acuñó en paralelo una imagen concebida por miradas propias y extrañas: desde aquellos ilustradores románticos y posrománticos, como Chapuy, Parcerisa o Pérez Villaamil, que enseñan una ciudad idealizada y a veces inexistente, hasta Compton o los numerosos dibujantes que tomarán detalles del natural como base de las xilografías y litografías que embellecerán las páginas de La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Ibérica, La Hormiga de Oro y otras muchas publicaciones con cierta intención documental.


A esta visión provincial se sumarán, en el último tercio del XIX, fotógrafos como Josep Esplugas Puig, quien comercializó sus series de albúminas identificadas al pie, o compañías americanas –American Stereoscopic Company, Keystone View Company o Underwood & Underwood Publishers– especializadas en la realización y venta de fotografías estereoscópicas que difundieron la imagen de Almería en tres dimensiones por todo el mundo.


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