“Soy un corredor de fondo: mi mejor etapa como músico comienza ahora”

Antonio Álvarez presenta el viernes 18 en el Apolo su disco ‘Libre asociación de ideas’

El cantautor almeriense Antonio Álvarez, en una fotografía de Palen.
El cantautor almeriense Antonio Álvarez, en una fotografía de Palen.
Evaristo Martínez
21:36 • 11 feb. 2022

Seis canciones forman ‘Libre asociación de ideas’, quinto álbum de Antonio Álvarez. Un trabajo gestado en el pandémico 2020 en el que apuesta por medios tiempos “con regusto a folk” y a “canción de autor contemporánea” con “alguna pincelada indie”. Su puesta de largo: el viernes 18 de febrero a las 20.30 horas en el Teatro Apolo de Almería.


‘Libre asociación de ideas’ llega seis años después de ‘Circular’. ¿Ha sido el disco que más le ha costado que vea la luz?  
Cada trabajo supone un esfuerzo. La distancia entre 'Circular' y este último se debe a que en esos años anduve apostando por otros proyectos colectivos. Fueron los últimos años con Piccolíssima, grabamos el inicio de un posible trabajo, grabé con Sonora un CD y con Beach Hotel maquetas. Era ya momento de volver a Antonio Álvarez.

‘Circular’ sonaba muy desnudo. ¿Le pedía el cuerpo volver a vestir sus canciones? 
Pues sí, ‘Circular’ fue una apuesta muy ‘Nebraska’, arriesgada para el oyente, con la inmediatez de la voz, la guitarra y poco más. Sin dejar la óptica folk, sí buscaba un nuevo abrigo en las nuevas canciones.

Y lo ha hecho con la complicidad de Raúl Bernal, a su lado como músico y como productor. ¿Cómo fueron esos seis días en su Estudio Libertario de Granada?
Hubo un dialogo previo donde las ideas fueron vasos comunicantes entre Raúl y yo, donde se habló y pensó por dónde irían los tiros. La grabación en sí fue muy intensa, concentración máxima: el tema nacía por la mañana y en el ocaso estaba casi listo, salvo algún 'recording' de teclado o detalle que a posteriori hizo Raúl. 

Acabó de grabar el disco el día que cumplía 51 años. Justo al empezar la segunda parte del partido de su vida, como lo definió Antonio Banderas. ¿Una señal?
Un motivo de felicidad, que con 51 tenga la misma ilusión o más si cabe que cuando tenía 15. Entiendo 'Libre asociación…' como el inicio de lo que será mi madurez y seguramente mi mejor etapa como músico. Es lo que tiene ser corredor de fondo, supongo.

¿Dónde vuelan más libres sus ideas: al componer o frente al público?
Probablemente en mi cubículo donde estudio y toco, en las libretas donde garabateo versos, en el móvil dónde silbo esas melodías que robo al aire…

‘Para soñar, te creo a pies juntillas’, canta en ‘Dónde’. ¿Es posible seguir soñando en los tiempos de la hiperinformación?
Es una obligación gestar sueños, en tu fuero interno, y no ser un ladrillo en el muro de unas imposiciones directas o sutiles que sólo buscan dirigir tus pasos, tus ideas o tu bolsillo. En tiempos de hiperinformación estamos más desinformados que nunca, no hay filtros ni criterio en muchísima gente, solo pasto y rebaño.

Este disco no está en Spotify. ¿Algo temporal o una decisión romántica?
Es romántica de partida, pero supongo que pasado un plazo, es el ‘signo de los tiempos’, tendrá que colocarse en la red… Tenía que valorar y hacer algo de pedagogía al respecto, para que la gente entendiera que tras esas canciones hay un trabajo largo y arduo. Dándolas gratis, de partida, en plataformas es pegarte un tiro en la sien. 

Neil Young sigue en lucha contra esta plataforma. ¿Veremos más actos de rebeldía así en el futuro?
Creo que sí… hace tiempo leí que los primeros espadas del pop rock británico arengaban a sus mandatarios para negociar y proteger las obras y autores del ‘todo gratis’ y la estafa internauta. Poco a poco iremos viendo cosas. 

‘Necesito aire’ es otro de los cortes del disco. ¿Componer fue su tabla de salvación en los días más grises del confinamiento?
Componer, la familia y tirar memoria de momentos lindos de tu vida. Sin lugar a dudas. 

¿Y cuál fue la banda sonora de aquellos meses?
Mucha música clásica, Franco Battiato, Sufjan Stevens,… viejos discos como 'Sweet Baby James' de James Taylor o 'Wish you were here' de Pink Floyd… El ánimo te llevaba por caminos insondables o transitados. 

Presenta un EP con seis temas pero compuso unos treinta ¿A dónde van las canciones que no se graban?
Muchas fueron en forma de maqueta a la campaña de mecenazgo ('crowdfunding') que financió en parte este disco. Otras están por pulir, en el reposo del guerrero, o esperando su momento. En 1999, ya tuve un arrebato compositivo de volumen similar, y canciones de aquella tanda se colaron en mis dos primeros trabajos… 

¿Qué le diría a los más de cien mecenas que han impulsado este disco?
Solo puedo darles un ‘gracias’ mayúsculo. Que en estos tiempos alguien ponga dinero por ti, sin probar bocado previo, es un acto de confianza y fidelidad que no podía defraudar. Las contraprestaciones lo atestiguan.   

En una de las metas de la campaña ofrecía un poemario inédito, ‘Placeres cotidianos’. ¿Lo veremos publicado?
De momento hice una tirada de 100 ejemplares, dos terceras partes se entregaron en el 'crowdfunding' y supongo que iré vendiendo el resto en los conciertos, pero no creo que lo amplíe.

JJ Fuentes, que le precedió hace un par de semanas en el Apolo, dedica un tema a Lapido, a quien usted también cita en los agradecimientos de este disco. ¿Qué tiene el ex 091 para estar siempre ahí aunque parezca invisible para el gran público?
El saber, el temple y la mirada de los muy grandes. El tiempo muy poco a poco le hace algo de justicia, no solo a su cancionero 091, si no a sus discos (para mí mucho mejores) en solitario. Hacer rock con una impronta tan literaria como Lapido es una rara avis en España y me temo que el gran público no está aleccionado para su digestión.  

Su primer disco, de 2003, se tituló ‘Palabras que perduran’. ¿Cuál de sus canciones le gustaría que perdurara en el tiempo?
‘Libre asociación de ideas’. 

Juguemos con esa libre asociación de ideas. Le digo Granada y me dice…
Hogar, ciudad contradictoria: eterna, multicultural, pero que huele a alcanfor. 

Y si escucha Pechina…
Días azules, luz de infancia y tristeza por su presente. 

Guitarra.
Una extensión de mi cuerpo y alma.

Público.
El vaso comunicante. La recepción de tu ser y música, y la retroalimentación para mi latido. 

Teatro Apolo.
Un espacio mítico de Almería. Acogedor, con sabor a salón de casa. Donde estaré acompañado por una familia musical sobre el escenario: Ramón García, Antonio y Diego de Haro y Carlos López. 

¿Y qué verá el público en ese escenario del Apolo el próximo viernes 18?

Las canciones del nuevo disco, alguna de las demos, un repaso por anteriores trabajos y versiones que, como sabéis, me gusta rescatar. Estrenaré una adaptación mía en castellano de un tema muy mítico de los 70, y haremos algunas inesperadas (que no voy a desvelar). Por cierto, ninguna de los Beatles…










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