La voz de la Santa Teresa de Paco Bezerra se eleva en una “noche inolvidable”

Y la voz de la Santa Teresa de Paco Bezerra se escuchó el martes en la noche madrileña. No en los Teatros del Canal, donde la obra ‘Muero porque no muero (La doble vida de Teresa)’ iba a estrenarse hasta que la Comunidad de Madrid decidió que no, sino en la Sala Berlanga. Una voz amplificada por cinco voces: las de las actrices Ana Belén, Gloria Muñoz, Natalie Poza, Aitana Sánchez-Gijón y Julieta Serrano, protagonistas de la lectura dramatizada, bajo dirección de Matías Umpierrez, del texto ganador del XXX Premio Jardiel Poncela de Teatro. 

“Las actrices estuvieron bárbaras, convocando, a través de la palabra, la imaginación de los espectadores, que viajaron junto a Teresa por todos los episodios que propone el texto”, cuenta Bezerra en declaraciones a LA VOZ. El resultado, “una imponente, larga y emotiva ovación, con el público en pie”, escribe Rocío García en ‘El País’. 

Entre los espectadores, que agotaron rápidamente las 200 localidades del espacio cultural de la Fundación SGAE, nombres de la cultura que quisieron apoyar al dramaturgo almeriense tras meses sufriendo el veto de la Comunidad de Madrid. Entre ellos, el cineasta Pedro Almodóvar; las actrices Marisa Paredes, Elena Anaya, Macarena García, Goya Toledo, Silvia Marty y María Adánez; el actor Asier Etxeandia; Luis García Montero, director del Instituto Cervantes; Luis Luque, adjunto a la dirección del Teatro Español; Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional; y Juan José Solana, presidente de la Fundación SGAE.

“Fue una noche inolvidable”, asegura Paco Bezerra, algo desbordado por no “dar abasto” por la cantidad de mensajes que está recibiendo en estos días. “La respuesta de los profesionales de la cultura en contra de la censura fue emocionante. Los actores, directores y productores más importantes del país abarrotaron la sala”.

De hecho, además de apoyarle con su presencia, Almodóvar le ha dedicado un artículo en ‘InfoLibre’. “La obra es respetuosa, nada ofensiva y muy divertida. De nuevo aparece, como en una pesadilla, la garra irracional de la censura, algo que esta sociedad no puede permitirse”, escribe el manchego.