Jesús de las Penas regresa al Museo de la Ciudad entre lágrimas

Jesús de las Penas regresa al Museo de la Ciudad entre lágrimas

Manuel Morales
01:00 • 01 abr. 2012
Entre decepción y lágrimas de costaleros y cofrades, regresó el paso del Cristo de las Penas al Museo de Ciudad, al comenzar a caer una tenue lluvia sobre la ciudad, arropado por los aplaúsos incesantes de centenares de personas que aguantaban la lluvia en las aceras bajo los paraguas y que dieron alas a los costaleros para regresar en sólo unos minutos al Museo.

En el interior se podía apreciar el desencanto de los cofrades: muchas lágrimas que brotaron de las emociones contenidas, mientras el hermano mayor y otros directivos daban aliento a los cofrades, anunciando que esperarían hasta las 19:30, para ver como estaba el tiempo y volver a salir a la calle.

Este año la hermandad se disponía a realizar un desfile procesional con muchas ilusiones, porque, de alguna manera, era su prueba de fuego. “Vamos a probar fuerzas” comentaba su hermano mayor Javier Muñoz del Pozo, “para acudir el próximo año a Carrera Oicial”. Además, contaban con novedades relevantes como el hecho de que la Virgen del Rosario del Mar saliera bajo palio por primera vez y Jesús de las Penas lo hiciese en el antiguo paso de la Oración en el Huerto, cedido por la Cofradía de Estudiantes.

En los prolegómenos de la salida a la calle, la concejala y diputada provincial María Muñiz, impuso su medalla de diputada a la Virgen del Rosario del Mar, mientras que el hermano mayor Javier Muñoz del Pozo, donó a la Señora una medalla de la Campaña de Cuba del año 1873.

La salida del cortejo procesional se produjo entre una enorme espectación y siempre pendientes del cielo, porque amenazaba lluvia aunque las previsiones las previsiones iniciales fuesen favorables. Tras abrise la puerta del Museo de la Ciudad, comenzó a salir la cruz guía, seguida de monaguillos y nazarenos como antesala del paso de Jesús de las Penas, que iniciaba su recorrido por la Ronda del Beato Diego Ventaja Milán, en dirección a calle Hospital. Poco después de que hiciese su salida la presidencia y en tanto los costaleros de la Virgen se preparaban para salir, comenzó a llover. La decisión de los cofrades fue rápida. “Volvemos dentro”, comentó el hermano mayor, comenzandom así un triste regreso al Museo de la Ciudad, para no volver salir más tarde a la calle, hasta el próximo año, mal comienzo.






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