Manuel Morales
01:00 • 01 abr. 2012
El Domingo de Ramos amaneció nuboso e incluso minutos antes de salir a la calle parecía que iban a caer algunas gotas de agua, pero cuando se abrieron las puertas de la Iglesia del Espíritu Santo, quince minutos más tarde de la hora prevista, salió el sol para lucir con esplendor la Cofradía de La Borriquita, que hizo una salida excelente en el primer tramo, pero sin embargo con algo de desconcierto y muchos nervios en el tramo de la Virgen de la Paz.
En líneas generales, la hermandad realizó un gran desfile procesional, con orden y ganando en elegancia año tras año, volviendo a pasar por la Catedral diez años después de que dejara de ser su sede canónica. Y lo hicieron de manera compacta y con rapidez, ya que iban con algo de retraso para llegar a Carrera Oficial, quizás debido a que han tenido que ampliar el itinerario sensiblemente para pasar por este lugar.
Antes del comienzo del desfile, el consiliario procedió a la bendición de palmas y ramos de olivo, ante la expectación de los numerosas personas que aguardaban la salida de La Borriquita a la calle y del bullicio propio de los niños hebreos y más bien de los padres.
El paso de la Borriquita estrenaba este año la imagen de una niña hebrea alzando una rama de olivo para que se la bendiga Jesús. Es el primer paso del nuevo proyecto del Paso de Misterio de la Borriquita que realizará el imaguinero sevillano David Valenciano y que consta además de una pollinica pequeña con un niño hebreo, un hebreo adulto y las imágenes de dos apóstoles, San Juan y San Pedro, que se realizará paulatinamente en años sucesivos.
Poco antes de la salida el capataz de La Borriquita, Francis Jiménez, rezó un ‘Padrenuestro’ con los miembros de la cuadrilla y realizó la primera llamada por el hijo que espera uno de los costaleros “y por todos los niños del mundo”. Poco después, iniciaban la maniobra de una salida que resultó impecable y emotiva en la que los costaleros tuvieron que doblar las rodillas para que la imagen pudiera salir sin rozar en el umbral del templo, en ese momento se hizo un silencio en la calle para que los costaleros pudieran trabajar sin problemas. Una vez en la calle estallaron los aplausos, mientras sonaba incesantemente la campanilla y el paso continuaba ganando terreno, poco a poco, con un paso firme de adelante hacia atrás, que quedó muy vistoso.
Minutos después, los nazarenos comenzaban a salir, mientras la cuadrilla de la Virgen realizaba una ofrenda floral a su Señora de la Paz y el auxiliar del capataz, Antonio Manuel Rodríguez, hacía la primera levantá. Una vez en la calle, fue cuando el capataz, Antonio Jesús Gálvez se dirigió a la diputada para que volviera a su lugar en la procesión.
En líneas generales, la hermandad realizó un gran desfile procesional, con orden y ganando en elegancia año tras año, volviendo a pasar por la Catedral diez años después de que dejara de ser su sede canónica. Y lo hicieron de manera compacta y con rapidez, ya que iban con algo de retraso para llegar a Carrera Oficial, quizás debido a que han tenido que ampliar el itinerario sensiblemente para pasar por este lugar.
Antes del comienzo del desfile, el consiliario procedió a la bendición de palmas y ramos de olivo, ante la expectación de los numerosas personas que aguardaban la salida de La Borriquita a la calle y del bullicio propio de los niños hebreos y más bien de los padres.
El paso de la Borriquita estrenaba este año la imagen de una niña hebrea alzando una rama de olivo para que se la bendiga Jesús. Es el primer paso del nuevo proyecto del Paso de Misterio de la Borriquita que realizará el imaguinero sevillano David Valenciano y que consta además de una pollinica pequeña con un niño hebreo, un hebreo adulto y las imágenes de dos apóstoles, San Juan y San Pedro, que se realizará paulatinamente en años sucesivos.
Poco antes de la salida el capataz de La Borriquita, Francis Jiménez, rezó un ‘Padrenuestro’ con los miembros de la cuadrilla y realizó la primera llamada por el hijo que espera uno de los costaleros “y por todos los niños del mundo”. Poco después, iniciaban la maniobra de una salida que resultó impecable y emotiva en la que los costaleros tuvieron que doblar las rodillas para que la imagen pudiera salir sin rozar en el umbral del templo, en ese momento se hizo un silencio en la calle para que los costaleros pudieran trabajar sin problemas. Una vez en la calle estallaron los aplausos, mientras sonaba incesantemente la campanilla y el paso continuaba ganando terreno, poco a poco, con un paso firme de adelante hacia atrás, que quedó muy vistoso.
Minutos después, los nazarenos comenzaban a salir, mientras la cuadrilla de la Virgen realizaba una ofrenda floral a su Señora de la Paz y el auxiliar del capataz, Antonio Manuel Rodríguez, hacía la primera levantá. Una vez en la calle, fue cuando el capataz, Antonio Jesús Gálvez se dirigió a la diputada para que volviera a su lugar en la procesión.
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