María Castilla: De Suecia a Almería para salir de penitente

María Castilla: De Suecia a Almería para salir de penitente

Jacinto Castillo
01:00 • 02 abr. 2012
Probablemente, nadie en esta Semana Santa habrá hecho tantos kilómetros para salir en una procesión como María Castilla.

Hace unos días tomó el avión en Estocolmo, con sus dos pequeños, Víctor y Roberto, para salvar la distancia que le separa de Almería, más de 4.500 kilómetros, y salir como nazarena este Martes Santo en la procesión de Cristo del Amor.

Hace cinco años, María inició una nueva vida en Suecia, donde puso en marcha un hogar. Aunque viaja a España con cierta regularidad, tuvo que dejar en suspenso la costumbre de vestirse de penitente. Los niños, la distancia, los viajes con poco tiempo... Pero este año ha decidido recuperar una tradición que mantuvo durante toda una década, afrontando las pequeñas dificultades que entraña un viaje en avión con niños pequeños.

Suecia es un país que se caracteriza por un alto grado de multiculturalidad. La rigurosa cortesía sueca hace que nadie exprese su extrañeza por las costumbres ajenas. Sin embargo, cuando María intentó explicar ante sus compañeros de la clase sueco, cuál era el propósito de este viaje a Almería tuvo la sensación de que jamás la comprenderían. Y todo, a pesar de que su nivel de sueco ya es bastante bueno. “Quise explicar qué era una procesión. Les conté cómo era la indumentaria del penitente y como se vivía la Semana Santa en Andalucía. La mayoría de las personas contestaban con una sonrisa de compromiso, salvo un iraquí, de confesión cristiana, que me preguntó si pertenecía al Ku Klux Klan. Así qué dejé de dar explicaciones".

Diferencias culturales
Para los miembros de la variada comunidad hispanoamericana del entorno de María, tampoco es fácil comprender algunos aspectos de la tradición española. Los que se confiesan cristianos relacionan la Pasión con el recogimiento, muy lejos de esa mezcla de fervor y fiesta que se vive en Andalucía.

María comenta que los suecos celebran su Pascua, con actos muy intimistas y casi sin diferencias en este sentido, entre luteranos, ortodoxos o católicos. Según María, los suecos “conservan una tradición en estas fechas que consiste en vestir a las niñas de “käringar”, una palabra que significa algo así como “vieja”. Es un traje que parece el de una mujer mayor de otra época. Además les pintan pecas en la cara. Esta costumbre tiene su origen en la quema de brujas”.

En cualquier caso, María reconoce que “no es fácil explicar los entresijos de la Semana Santa andaluza”. De hecho, su marido que es sueco, aunque de origen boliviano, tardó su tiempo en descubrir que le gustaba bastante.

Pero ahora lo más importante es recuperar las emociones de salir en la procesión en la que comenzó a tomar parte, con sus primos, ocupando algunas veces, el lugar de su abuela Genoveva, que siempre formó parte de esta cofradía como camarera.






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