Juan Antonio Barrios
01:00 • 03 abr. 2012
La amplia calle de Rafael Alberti se quedó pequeña para albergar a los cofrades y devotos que se agolpaban para ver salir a Jesús de Salud y Pasión en su tercera caída, y a María Santísima de los Desamparados, la Reina del barrio de Oliveros.
A las ocho menos cuarto de la tarde se abrían las puertas de la iglesia parroquial de Santa Teresa, sede canónica de la hermandad de Pasión, para iniciar su anual Estación de Penitencia. Tras el Himno Nacional, la marcha titulada ‘Azul y Plata’, interpretada por la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús de Granada, daba paso a la saeta. En esta ocasión volvía a ser Antonio García, Niño de las Cuevas, el que la cantara, como viene haciéndolo por promesa desde hace años.
Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída hacía acto de presencia por las calles de la ciudad sobre su paso de madera de caoba barnizado, tallado por el sevillano Manuel Guzmán Bejarano, y adornado por un montón de iris morado que realzaba la majestuosidad de la imagen realizada por el también sevillano Luis Álvarez Duarte. El conjunto va realzado con orfebrería en plata de ley del taller de Ramón León Peñuelas.
La cuadrilla de costaleros dirigida por su capataz Juan Sagredo demostró un Lunes Santo más el buen trabajo que realizan durante la Cuaresma, para pasear por el centro de la ciudad, haciendo Estación de Penitencia a las puertas del Santuario de la Patrona, la Virgen del Mar, como lo hiciera el año de su bendición, 1995, en la Catedral de la Encarnación, y el posterior traslado en Vía-Crucis hasta su sede canónica en la iglesia de Santa Teresa.
Uno de los momentos cargados de emoción ha sido la ‘levantá al cielo’ que ha realizado Enrique Vivas al paso de Jesús de Pasión. Desde el interior del paso se pudieron escuchar las voces de los costaleros expresando: “Está levantá va por ti”. Desde el primer año, Quique Vivas ha compartido faja y costal, además de contraguía del paso de Cristo.
La presencia de los ciriales del paso de palio de Nuestra Señora de los Desamparados en la rampa de salida anunciaban la inminente salida de la Santísima Virgen, iluminada por la candelería y entronizada bajo la ‘gloria’ del techo del palio, estreno de la presente Semana Santa. Bordado de la Gloria del techo del Palio, donde se representa, según idea de Fernando Salas Pineda, la escena gloriosa y no imaginada de los desposorios de Santa Teresa de Jesús, según lienzo de Cristobal Villalpando en el año 1890.
La escena de la Gloria esta realizada en bordados en hilos de seda finos en los talleres de Marisa Pérez Romera, de la vecina localidad de Lorca, y enriquecida con bordados en oro fino, así como la orla que la encierra en los talleres de bordados en hilos de oro fino de Manuel Solano Rodríguez, de Morón de la Frontera.
Otra de las novedades que presenta esta Semana Santa la cofradía de Pasión es el Ostensorio, confeccionado, según diseño y trabajo realizado en plata de ley en los talleres de Ramón León Losquiño de Sevilla. Relicario que va colocado en el pasillo central en su parte frontal del paso de palio de María Santísima de los Desamparados y que porta la reliquia de Santa Teresa de Jesús donada a la hermandad.
El cruce de todo el cortejo procesional por la avenida de Federico García Lorca, fue realizado con gran celeridad, debido a las fuertes ráfagas de viento que a esa hora de la tarde hacía acto de presencia en la ciudad. Un viento que al caer la noche desapareció casi en su totalidad.
El recorrido de la procesión hasta llegar al Santuario de la Virgen del Mar este año ha sufrido un cambio, al alargar el recorrido por la calle Real, una calle que en el mundo cofrade se ha considerado la carrera oficiosa de la Semana Santa almeriense. Desde el domicilio de Enrique Marín, cofrade del Prendimiento, los hermanos de Pasión han ofrecido a todos cuantos llenaban la calle, una impresionante ‘petalá’ como recuerdo de su primer paso por esta calle del Casco Histórico y el cariño de sus cofrades hacia la titular de la Hermandad.
A las ocho menos cuarto de la tarde se abrían las puertas de la iglesia parroquial de Santa Teresa, sede canónica de la hermandad de Pasión, para iniciar su anual Estación de Penitencia. Tras el Himno Nacional, la marcha titulada ‘Azul y Plata’, interpretada por la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús de Granada, daba paso a la saeta. En esta ocasión volvía a ser Antonio García, Niño de las Cuevas, el que la cantara, como viene haciéndolo por promesa desde hace años.
Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída hacía acto de presencia por las calles de la ciudad sobre su paso de madera de caoba barnizado, tallado por el sevillano Manuel Guzmán Bejarano, y adornado por un montón de iris morado que realzaba la majestuosidad de la imagen realizada por el también sevillano Luis Álvarez Duarte. El conjunto va realzado con orfebrería en plata de ley del taller de Ramón León Peñuelas.
La cuadrilla de costaleros dirigida por su capataz Juan Sagredo demostró un Lunes Santo más el buen trabajo que realizan durante la Cuaresma, para pasear por el centro de la ciudad, haciendo Estación de Penitencia a las puertas del Santuario de la Patrona, la Virgen del Mar, como lo hiciera el año de su bendición, 1995, en la Catedral de la Encarnación, y el posterior traslado en Vía-Crucis hasta su sede canónica en la iglesia de Santa Teresa.
Uno de los momentos cargados de emoción ha sido la ‘levantá al cielo’ que ha realizado Enrique Vivas al paso de Jesús de Pasión. Desde el interior del paso se pudieron escuchar las voces de los costaleros expresando: “Está levantá va por ti”. Desde el primer año, Quique Vivas ha compartido faja y costal, además de contraguía del paso de Cristo.
La presencia de los ciriales del paso de palio de Nuestra Señora de los Desamparados en la rampa de salida anunciaban la inminente salida de la Santísima Virgen, iluminada por la candelería y entronizada bajo la ‘gloria’ del techo del palio, estreno de la presente Semana Santa. Bordado de la Gloria del techo del Palio, donde se representa, según idea de Fernando Salas Pineda, la escena gloriosa y no imaginada de los desposorios de Santa Teresa de Jesús, según lienzo de Cristobal Villalpando en el año 1890.
La escena de la Gloria esta realizada en bordados en hilos de seda finos en los talleres de Marisa Pérez Romera, de la vecina localidad de Lorca, y enriquecida con bordados en oro fino, así como la orla que la encierra en los talleres de bordados en hilos de oro fino de Manuel Solano Rodríguez, de Morón de la Frontera.
Otra de las novedades que presenta esta Semana Santa la cofradía de Pasión es el Ostensorio, confeccionado, según diseño y trabajo realizado en plata de ley en los talleres de Ramón León Losquiño de Sevilla. Relicario que va colocado en el pasillo central en su parte frontal del paso de palio de María Santísima de los Desamparados y que porta la reliquia de Santa Teresa de Jesús donada a la hermandad.
El cruce de todo el cortejo procesional por la avenida de Federico García Lorca, fue realizado con gran celeridad, debido a las fuertes ráfagas de viento que a esa hora de la tarde hacía acto de presencia en la ciudad. Un viento que al caer la noche desapareció casi en su totalidad.
El recorrido de la procesión hasta llegar al Santuario de la Virgen del Mar este año ha sufrido un cambio, al alargar el recorrido por la calle Real, una calle que en el mundo cofrade se ha considerado la carrera oficiosa de la Semana Santa almeriense. Desde el domicilio de Enrique Marín, cofrade del Prendimiento, los hermanos de Pasión han ofrecido a todos cuantos llenaban la calle, una impresionante ‘petalá’ como recuerdo de su primer paso por esta calle del Casco Histórico y el cariño de sus cofrades hacia la titular de la Hermandad.
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