Juan Antonio Barrios
01:00 • 04 abr. 2012
En estos días se está hablando de la recuperación del espíritu con el que se inició el resurgir de las cofradías almerienses. Juan Aguilera es uno de los cofrades que desde 1977 se ha implicado en la lucha para que Almería tenga la Semana Santa que hoy conocemos. Ahora continúa trabajando para que el colectivo cofrade siga en su afán de superación año tras año.
Pregunta.-¿Usted fue una de las personas que formó parte de la reorganización de la Agrupación de Cofradías en 1978?
Respuesta.-En esas fechas un grupo de jóvenes ansiosos por recuperar lo que se había perdido una década antes, entendimos que teníamos que recuperar el esplendor de la Semana Santa.
P.-¿Con qué fin?
R.-Teníamos una idea clara y a partir de entonces la Agrupación de Cofradías es la que tomó el eje de la Semana Santa como ente aglutinador de todo el movimiento cofrade.
P.-¿Cómo fue ese impulso?
R.-Lo primero fue crear un clima conciliador intentado aunar esfuerzos prestándose tronos, túnicas, flores, jarras. En fin, todo aquello de lo que una cofradía carecía para que no hubiera distinciones de unas a otras, para que crecieran por igual. Eso fue bonito y hoy se ven los frutos de todo aquel esfuerzo.
P.-Ese impulso aglutinador, ¿qué resultados ha traído?
R.-Ese esfuerzo ha traído el gran número de cofradías que en los años noventa han venido a enriquecer la Semana Santa de Almería con la incorporación de barrios, que nunca habían contado con presencia de una.
P.-¿Y la Semana Santa 2012?
R.-Todos estos años estamos viendo una Semana Santa donde hay que trabajar todos a una, teniendo el pasado como base y esencia, pero con nuevas metodologías para que la religiosidad popular vaya creciendo conforme al esplendor que se merece.
P.-¿Otro impulso fueron los costaleros en 1982?
R.-El cambio de los tronos a ruedas para pasar a costal ha venido a enriquecer y, a la vez, ha permitido la incorporación de imaginería, enseres y pasos.
P.-Antes del costalero, hubo un viaje a Melilla. ¿Qué ocurrió?
R.-Dos años antes, en 1980, un grupo de cofrades de dentro del seno de la Agrupación fuimos a Melilla y conseguimos traernos enseres, insignias como la que procesiona la hermandad del Cristo del Amor. En Angustias podemos ver algunos enseres, una antigua túnica para el Cautivo de Medinaceli o el bello manto que procesiona la Virgen de los Dolores, de la hermandad del Santo Sepulcro.
P.-¿Hacia dónde debe caminar la Semana Santa?
R.-Debemos recuperar ese espíritu que vivimos de colaboración porque la Semana Santa es una suma de todas las cofradías. Es bueno que todas las hermandades aumenten su patrimonio y crezcan en el número de hermanos porque eso repercute como ente supracofrade en un sentido positivo de la sociedad.
Pregunta.-¿Usted fue una de las personas que formó parte de la reorganización de la Agrupación de Cofradías en 1978?
Respuesta.-En esas fechas un grupo de jóvenes ansiosos por recuperar lo que se había perdido una década antes, entendimos que teníamos que recuperar el esplendor de la Semana Santa.
P.-¿Con qué fin?
R.-Teníamos una idea clara y a partir de entonces la Agrupación de Cofradías es la que tomó el eje de la Semana Santa como ente aglutinador de todo el movimiento cofrade.
P.-¿Cómo fue ese impulso?
R.-Lo primero fue crear un clima conciliador intentado aunar esfuerzos prestándose tronos, túnicas, flores, jarras. En fin, todo aquello de lo que una cofradía carecía para que no hubiera distinciones de unas a otras, para que crecieran por igual. Eso fue bonito y hoy se ven los frutos de todo aquel esfuerzo.
P.-Ese impulso aglutinador, ¿qué resultados ha traído?
R.-Ese esfuerzo ha traído el gran número de cofradías que en los años noventa han venido a enriquecer la Semana Santa de Almería con la incorporación de barrios, que nunca habían contado con presencia de una.
P.-¿Y la Semana Santa 2012?
R.-Todos estos años estamos viendo una Semana Santa donde hay que trabajar todos a una, teniendo el pasado como base y esencia, pero con nuevas metodologías para que la religiosidad popular vaya creciendo conforme al esplendor que se merece.
P.-¿Otro impulso fueron los costaleros en 1982?
R.-El cambio de los tronos a ruedas para pasar a costal ha venido a enriquecer y, a la vez, ha permitido la incorporación de imaginería, enseres y pasos.
P.-Antes del costalero, hubo un viaje a Melilla. ¿Qué ocurrió?
R.-Dos años antes, en 1980, un grupo de cofrades de dentro del seno de la Agrupación fuimos a Melilla y conseguimos traernos enseres, insignias como la que procesiona la hermandad del Cristo del Amor. En Angustias podemos ver algunos enseres, una antigua túnica para el Cautivo de Medinaceli o el bello manto que procesiona la Virgen de los Dolores, de la hermandad del Santo Sepulcro.
P.-¿Hacia dónde debe caminar la Semana Santa?
R.-Debemos recuperar ese espíritu que vivimos de colaboración porque la Semana Santa es una suma de todas las cofradías. Es bueno que todas las hermandades aumenten su patrimonio y crezcan en el número de hermanos porque eso repercute como ente supracofrade en un sentido positivo de la sociedad.
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