Dulce Goncalves: “Mi DNI por fin refleja quién soy de verdad: una mujer”

“Después de tanto tiempo he conseguido algo que era muy importante para mí. Mi DNI por fin refleja cómo me siento, que es como mujer y tener un nombre de acuerdo a quién soy, por fin tengo mi DNI ”. Así celebraba Dulce Goncalves, de 24 años, el cambio oficial de su identificación oficial en el registro como mujer.

Dulce nació en Bédar, en un cuerpo equivocado, en el cuerpo de un chico. Esto le provocaba un desasosiego interior que le hizo tener disforia de género, lo que le hizo vivir una adolescencia difícil y conflictiva que la llevó a pasar grandes temporadas alejada de su familia, en distintos centros de menores.

Pero después de luchar contra la disforia y todos los problemas que esta le acarreó. Finalmente, después de un largo proceso, mucha paciencia y muchas visitas a psiquiatras y psicólogos, Dulce veía la luz al final del túnel y llevaba ya seis años con este gran cambio definitivo.

Pero, no fue hasta el pasado 13 de abril, cuando la de Bédar consiguió aquello que tanto ansiaba. “Recibí la llamada de los encargados del RegistroCivil en Huércal-Overa y me dijo que ya tenía el expediente firmado y que podía ir a recogerlo, yo no tenía cita pero gracias a la chica que había en la oficina en ese momento, me cambió todos los datos y me dio el DNI al momento, fue un alivio muy grande, era una carga que tenía en la espalda que me quité de momento”.

Un cambio oficial que ha liberado a la protagonista, “ya no tengo que dar explicaciones, no tengo que pasar esa incomodidad que pasaba en los bancos o en los centros de salud cuando me llamaban por ese otro nombre que no me gusta recordar, no porque sea malo, es el nombre que me puso mi madre cuando nací, pero es algo que interiormente no me identifica”.

Podría decirse que ha sido el primer paso para una nueva vida. Dulce lleva ya un año afincada en el municipio de Vera y ha encontrado un trabajo que confiesa, le encanta. La de Bédar trabaja ahora en un puesto ambulante de algodón de azúcar y recorre las ferias de toda la provincia endulzando la vida de los más pequeños y los no tan pequeños que se acercan hasta su puesto.

La protagonista recuerda que “desde pequeña cuando veía a los feriantes aparcar cerca de los centros de menores, siempre me acercaba, hablaba con ellos, intentaba tener una conversación con ellos y les decía, quiero trabajar con vosotros, ahora puedo decir que trabajo con ellos y que me han acogido como si fuéramos una familia".

Un final feliz para una bedarense que ha luchado "muchísimo" para conseguir sus metas y que hoy en día tiene como objetivo servir de ejemplo y apoyo a otros jóvenes que se encuentren en la misma situación que ella se encontró un día. A todos esos jóvenes Dulce les pide que "sigan adelante y no se acobarden, que tengan esa voluntad y esa fuerza y que sean su mejor versión de sí mismos”, eso sí "que piensen mucho cada paso que quieran dar y estén seguros de ello", puntualizó.