El corazón del Almanzora late al ritmo del ‘Himno de la Alegría’

Quienes estuvieron allí aún no han podido olvidarlo. Y tardarán largo tiempo en hacerlo. Cuando Andrés García Ibáñez se propuso convertir su tierra en el corazón cultural de la comarca del Almanzora, soñaba con algo parecido a lo que ocurrió en la tarde noche del viernes. El Museo Casa Ibáñez de Olula, lleno a rebosar de gentes llegadas de diversos puntos de la geografía comarcal y provincial que vibraban al son de la esperanza de un futuro mejor. Y todo propiciado por su pintura.

El corazón de muchos todavía late al ritmo de los ecos del ‘Himno de la Alegría’. No en vano, éste fue interpretado antes y después de la presentación del mural de ‘La fraternidad universal’, que Ibáñez ha ejecutado durante los últimos meses y que refleja el hermanamiento entre todos los seres a través de una coral de 36 hombres y mujeres de EQUO que cantan desnudos. Inspirado en el poema ‘Oda a la Alegría’ de Schiller, la Novena Sinfonía de Beethoven y el programa de la formación política, el lienzo se expone desde ese día en la sala 16 del museo, desde donde despide al visitante.

Este acontecimiento cultural congregó a la mayoría de los 36 ‘modelos’ que se volcaron en la velada, entonando canciones en el hermoso patio del centro cultural, instrumentos incluidos, desde primera hora de la tarde. Una vez destapada la obra, y ya concluidas las distintas intervenciones y la audición de Novena que dirigió el pintor, no dudaron en ponerse frente al mural y cantar, animados por las palmas del público, que los hombres volverán a ser hermanos. El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Valle del Almanzora, Antonio Ramón Salas, el alcalde del Olula del Río, Antonio Martínez Pascual, acompañado por buena parte de su Corporación, el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo, y el alcalde de Lúcar, José Antonio González, no quisieron perderse el último ‘alumbramiento’ pictórico de Andrés García Ibáñez.

El editor de LA VOZ, José Luis Martínez, y su director, Pedro Manuel de la Cruz, también acudieron al acto. No en vano, este diario ha seguido de cerca todo el proceso de ‘La fraternidad universal’, desde su gestación, durante una sesión fotográfica desarrollada el pasado noviembre, hasta la puesta de largo del lienzo el viernes.

157 jornadas de trabajo
Tras 157 jornadas de trabajo, tan sólo interrumpidas por sus encuentros con el maestro realista Antonio López para concretar los preparativos del taller que en mayo ambos impartirán en el Museo Casa Ibáñez, el pasado miércoles 17 de abril Ibáñez posaba por última vez el pincel sobre el mural. Un cuadro espiritualmente conectado con las notas, esperanzadas en ocasiones, dramáticas en otras, de la Novena Sinfonía de Beethoven y plenamente imbuido de los versos de la ‘Oda a la Alegría’ de Schiller. Un texto que serviría a Beethoven como fuente de inspiración para el cuarto movimiento de la que sería su última sinfonía y que ha permitido al pintor olulense hallar el que para él es el sentido último de la excepcional partitura del maestro alemán: la idea de la hermandad e igualdad entre todos los seres vivos a través del amor y la fraternidad universales.