‘Danza sobre la tierra’, un libro sobre la nueva corriente de la danzaterapia

Rosana Bernharstu ha traído a Almería desde Tierra del Fuego, en Argentina, la naturaldanza

Rosana Bernharstu, una de las autoras de 'Danza sobre la tierra', baila frente a la librería Zebras durante la presentación de su libro.
Rosana Bernharstu, una de las autoras de 'Danza sobre la tierra', baila frente a la librería Zebras durante la presentación de su libro. La Voz
Elena Ortuño
18:07 • 01 jul. 2024 / actualizado a las 20:12 • 03 jul. 2024

Frente a la fachada de la librería Zebras, en la ciudad de Almería, se aglutina un grupo de personas. Han acudido a la presentación de un libro, pero no saben lo que realmente va a ocurrir allí. Nada más apretar el botón del play, una mujer empieza a moverse suavemente al ritmo de la música. Sus pies y manos la van llevando de un lado a otro, primero sobre un escenario improvisado y después rodeando las sillas del público, que se gira para no apartar la mirada de su hipnotizante danza.



Recuerda a un junco mecido por el viento o a las olas del mar que rompen contra la orilla. Al fin y al cabo, de eso se trata: de un vínculo innegable entre el baile y la naturaleza. Es la respuesta que ofrece Rosana Bernharstu a aquel que le pregunta quién es: "A mí no me define mi biografía. Solo la danza dice realmente quién soy". 



Desde Ushuaia, en la provincia argentina de Tierra del fuego, Rosana ha traído a Almería su libro 'Danza sobre la tierra', una recopilación de poemas y textos acompañados por fotografías de Gabriela Cammertoni, coautora de la publicación. Trata sobre la naturaldanza, un estilo de baile libre creado por la propia Rosana y que encuentra sus raíces en la danzaterapia, una práctica que persigue solventar los conflictos emocionales o psicológicos de las personas que la bailan.



Un libro nacido de la experiencia



Para introducir el libro, Rosana y Marcela Carcer, amiga de la autora y participante del libro, echan mano de un ovillo de lana: "antes de nacer, nos alimentamos a través del cordón umbilical. Una vez fuera, ese cordón que nos mantiene son nuestros lazos de amistad. Yo conocí a Rosana muy joven y para mí es ese cordón", cuenta Mar. En la línea de la metáfora de la gestación, cuenta que 'Danza sobre la tierra' tardó doce años en nacer, doce años de bailes fotografiados en los bosques de Ushuaia. 



Es un hijo pospandémico con dos madres: "Durante el confinamiento nos dimos cuenta de que teníamos miles de fotos de encuentros en la naturaleza. Dijimos: tenemos que hacer algo con todo esto". La bailarina reconoce que nunca pensó en escribir para que la leyesen. Los suyos son textos nacidos de las emociones que la naturaldanza le ha reportado, pero no es la única escritora que aparece en la recopilación.



El libro tiene dos partes: la primera es únicamente fruto de la pluma de Rosana, pero la segunda se trata de una antología de diferentes invitadas -y un invitado- que han probado también a bailar en la naturaleza. Entre estas, se encuentra su gran amiga Marcela Carcer, cuyo nombre acompaña tres poemas escritos justo después de participar en alguna de las sesiones que la bailarina organizaba. 



Y es precisamente Marcela, junto a Julieta (otra compañera y amiga de la autora) quien, entre danza y danza, lee algunos fragmentos de la publicación, subrayando así el gran vínculo afectivo que rodea al libro. "Cuando una baila, las sensaciones se van transformando y así nacen cosas como esta. Es lo que pasa cuando uno pone en juego las emociones y las mueve libremente a través de la danza", explica Rosana.


Para demostrarlo, la autora vuelve a coger el ovillo de lana mientras enciende el reproductor. Conforme la música le marca, va tejiendo una gran telaraña con la ayuda del público, al que invita a levantarse y a dejarse llevar. Todo son sonrisas entre los asistentes. Al finalizar, la autora susurra: "sé que os vais a ir con más preguntas de las que traíais. Yo no tengo la respuesta. Yo os ofrezco la danza".


Sobre la autora

Desde bien pequeña bailó danza clásica y, más tarde, danza jazz, pero nunca llegaron a convencerle del todo: "Me decían cómo expresarme. Quien coordinaba era siempre el profesor o profesora de turno. Mi búsqueda iba por otro lado", explica. Ella era más "desorejada", subraya: "No quería seguir sus reglas, así que lo dejé y me fui a estudiar Educación Física". 


Había abandonado sus pretensiones cuando casualmente conoció a María Fux en un taller. Fux era una famosa bailarina y coreógrafa argentina, conocida por desarrollar un sistema propio de danzaterapia en Buenos Aires. La invitó a su espectáculo 'Después de mis 80, qué': "Cuando subió al escenario tenía 82 años, pero cuando bailó parecía tener 25. Eso me llamó muchísimo la atención. Me dije a mí misma que tenía que saber de qué se trataba", recuerda.


Rosana comenzó a dar lecciones y acabó escogiendo la danzaterapia como forma de vida: "Porque de eso se trata esta propuesta: danzar para vivir mejor". Recuerda que los asistentes no salían siendo la misma persona. "Había gente que iba a bailar por primera vez con una timidez muy grande, con un dolor de pie que no les dejaba moverse, con una espalda muy cargada de las tensiones del día o que no sabía dónde dejar al bebé mientras tanto".


Todas ellas podían bailar, ya fuera sentadas o en pie, sin importar la edad ni el género: "Al terminar la clase no se acordaban ni del dolor, ni de nada que les preocupara antes de entrar a la sala". La autora insiste en que es un estilo rompedor: "Busca que pueda bailar tanto aquella persona que nunca lo haya hecho como aquella que haya bailado toda su vida, pero que nunca haya pensado en lo que quería contar con su cuerpo". 


La naturaldanza, un estilo propio

A Rosana la marcó una frase que Fux repetía mucho en sus clases: "Estáis caminando sobre un bosque". Hacía referencia al suelo de madera de la sala de baile. Esa reflexión la hizo evolucionar: "Un día me di cuenta de que yo vivía en medio de la naturaleza [en Ushuaia]. No tenía que decirles que tuvieran cuidado porque estaban pisando lo que fue un bosque, podía decirles: 'bailemos para que este bosque se siga conservando", explica. A partir de ese momento, creó su propio estilo y lo llamó "naturaldanza".


En Ushuaia, Tierra del Fuego, está el fin y el comienzo del mundo. Allí, ocurren todos los climas: "Un día hace brisa, luego calor, luego nieva... se juntan muchos colores. El verde del bosque, luego el rojo, perfumes, formas...", afirma la escritora. Todos esos colores se reflejan en la fotografía del libro.


Durante el mes de julio, Rosana permanecerá en Almería realizando una serie de talleres para acercar la naturaldanza a la ciudad. "Aquí bailo en la playa. Me gusta mucho Almería porque me recuerda a Comodoro Rivadavia, donde yo viví un tiempo en Argentina", reconoce sobre la provincia. La próxima convocatoria tendrá lugar el jueves 11 a las 17.00 horas en ClassiJazz.


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