Se quedan fuera sin silla: este festival de Almería llena en cada concierto

El concierto de Sephardica, junto con Armonía Danza puso punto y final a la XIIª edición del Festival ‘Mare Musicum’ de Música Antigua de Roquetas de Mar. Doce años, se dice pronto, desde que empezó esta aventura singular en el castillo que vigila el Mar Mediterráneo, y en su estadío de lo que los psicólogos llaman adolescencia temprana, este festival ha entrado en su plena madurez artística y musical.

Éxito, quizás la palabra más acertada para describir los cuatro conciertos que albergó esta cita veraniega de Roquetas. Ni una silla libre, visitantes que no llegaron a entrar por el límite de aforo y grupos ‘top’ sobre el escenario. Los meses previos a la inauguración del festival ya dejaba entrever lo que estaba, y está por venir para el desarrollo de ‘Mare Musicum’. El teléfono de la organización no se detuvo en ese tiempo para responder a las llamadas que solicitaban saber lo antes posible la programación, la posibilidad de reserva de entradas y las fechas del festival. Dato indicativo de que ‘Mare Musicum’ tiene un público fiel, conocedor de la idiosincrasia del festival, y que trasciende las fronteras de la provincia.

Si bien es cierto que esta edición fue un poco más corta de lo normal, ‘Mare Musicum’ ha sabido solventar ese contratiempo con un programa redondo, que satisfaría a todos los paladares, incluso el de los más transgresores que se dieron la mano con los puristas en el Castillo de Santa Ana.

‘Qvinta Essençia’ puso la pasión ‘a capella’ del repertorio lírico polifónico español en las gargantas de sus cuatro componentes. ‘Concerto 1.700’ vislumbraron las incipientes luces del barroco durante la primera década del siglo XVII en un viaje sonoro por la llamada ‘Escuela Veneciana’ en compañía de la soprano Quiteria Muñoz.

Como 12 años dan para mucho, es necesario hacer un alto en el camino, y ofrecer unas palabras a dos elementos incondicionales de ‘Mare Musicum’: el curso de fotografía de Blas Fuentes, y el recital de la Orquesta de Cuerda de la Escuela de Música de Roquetas de Mar. Estas citas también han dado muestras de una gran evolución a lo largo de la historia del festival de música antigua. Los talleres de fotografía de conciertos impartidos por el artista roquetero, son un complemento de lujo para esta cita, y el aluvión de inscripciones que recibe esta actividad hablan por sí solas.

En cuanto a la orquesta joven, se ha hecho grande a base de ofrecer a níños y adolescentes la posibilidad de sentirse músicos ‘seniors’ en un ambiente de responsabilidad profesional como es tocar en un festival de tal calibre. Una realidad pedagógica que es posible gracias al trabajo de su directora, la violinista María Ibáñez Valverde.

Audaz

Durante el devenir del festival existieron vítores y aplausos, pero también caras de sorpresa. ‘Sephardica’ y ‘Armonía Danza’ puso sobre el escenario un espectáculo visual y sonoro de réplicas de instrumentos de los siglos XIII al XV, vestuario y pasos de baile. Una máquina del tiempo encarnada por los músicos y bailarines que llevaron a los asistentes al Castillo de Santa Ana a una época en la que la Península Ibérica también se conocía como ‘Sepharad’.

Por su parte, ‘Accademia del Piacere’ y el guitarrista flamenco Dani Morón, dieron un toque de identidad rebelde al festival. Su montaje ‘Metamorfosis’ transcendió los cánones puristas del género antiguo, e incluso el del flamenco. Una oda a la libertad musical. Su interpretación fusionó elementos tradicionales con innovaciones contemporáneas, creando un diálogo futurista mirando hacia el pasado, que sacó a más de uno de contexto, pero sin privarle del más sutil de los placeres musicales.

Las cifras de afluencia de público, así como el prestigio artístico ganado por este festival, son razones de peso para pedir deseo en doce cumpleaños. Desde la dirección se espera que en los años venideros más actividades, como cursos o exposiciones, puedan seguir enriqueciendo a ‘Mare Musicum’.