La comedia decana de Almería vuelve a la capital tras casi 150 representaciones

Fernando Labordeta retoma este viernes su obra 'Línea 16', una hilarante comedia que aborda la realidad de una pareja que no pasa por su mejor momento. Escrita y ambientada en el 2014, época en la que aún se podían sentir los coletazos de la crisis económica, un hombre y una mujer esperan a que llegue un autobús que los llevará a la casa de unos amigos suyos, ascendidos a la categoría de nuevos ricos gracias a un afortunado boleto de lotería.

La pareja protagonista, interpretada por Fernando Labordeta y Dita Ruiz, empieza a recriminarse mutuamente las complicaciones de su matrimonio: él, un hombre en paro; ella, una mujer que tiene que trabajar el doble para sacar adelante a sus dos hijos. Conforme va avanzando la trama se va dilucidando la problemática entre ambos y no es hasta el segundo acto cuando, gracias a la borrachera del marido tras robar una botella a los 'nuevos ricos', la obra toma un cariz más dramático y disparatado. Es en esa segunda mitad cuando llega la catarsis. 

La comedia, de una hora y cuarto de duración, se puede visualizar a partir de los 14 años, aunque, según el propio guionista y director, es más disfrutable para el público adulto: "Conforme se va sabiendo más información del matrimonio se consigue la complicidad del público, ya que este se siente identificado", asegura Labordeta, antes de añadir que la esencia de ambos es que "son una pareja que se quieren mucho, pero que no se llevan bien".

Con más de 150 representaciones a sus espaldas y representada en infinidad de lugares, tanto dentro como fuera de la provincia, es la obra decana del escenario almeriense. "Lleva 10 años representándose y lo bueno de estas obras es que crecen con el tiempo. Se van introduciendo una serie de cosas que ya sabes que funcionan porque has visto al público llorar de la risa", asegura. Para el director, es un lujo poder ver guiones tan trabajados y actores tan seguros de sí mismos: "Al final ya sabes que lo que vas a hacer, funciona".

El dramaturgo recomienda a su público acudir a la sala Artenvacio de Almería con gran sentido de la ironía: "Si nos echamos unas risas y vamos un poco con cachondeo, la vida se hace más llevadera", explica. Retrata así una costumbre muy mediterránea: reírse de las desgracias, tanto propias como ajenas: "De hecho, mis obras siempre parten de una crisis o un suceso trágico".