Clasijazz se pronuncia dos meses después de anunciar su posible cierre

A principios de verano las redes se incendiaron con una publicación que trascendió el ciberespacio. "Emergencia: no llegamos a fin de mes". Los autores de dicha llamada de auxilio no eran otros que el centro cultural más activo y de más renombre de Almería. La Fundación Clasijazz lanzó a los lectores, a través de La Voz de Almería, el siguiente mensaje: “Si estos 26 años han significado algo, si os lee alguna de las personas que nos ha dicho que gracias a nosotros se animó a ver conciertos, se hizo melómano o puso a su hijo a estudiar música, si puede hacer el esfuerzo, que se haga socio”.

Dos meses y mucho esfuerzo después, Pablo Mazuecos, uno de los fundadores de Clasijazz, ha afirmado a La Voz de Almería que, aunque en la fundación no van desahogados, sí han superado la crisis: "Ha sido sorprendente cómo la sociedad almeriense se ha movilizado para que no cerremos", ha señalado con gratitud refiriéndose al número de personas que se han decidido hacer socios del proyecto, así como a aquellas que se han mantenido vinculadas a él.

Un 'final' feliz

"Un balance positivo". Así ha definido Mazuecos la temporada estival para su organización: "Todavía nos queda un poco para superar el bache, pero esperamos que el número de socios siga en ascenso gracias a todas las actividades que tenemos planeadas", ha señalado, no sin antes mencionar preocupado que la tendencia a suscribirse está experimentando un ligero receso.

Desde el centro de Almería hasta vecinos procedentes de ciudades situadas más allá de las fronteras españolas, los socios de Clasijazz reúnen una variedad desconcertante de nacionalidades; un hecho que emociona mucho a su creador. "Estamos muy sorprendidos por la respuesta de Almería, ya que hasta ahora han contribuido tanto personas de a pie como productoras e incluso grupos musicales, muchos de los cuales se habían quedado con ganas de tocar de nuevo en el local", ha afirmado.

"Creemos que la sinceridad que hemos mostrado al dar la noticia ha tenido mucho que ver con el exitoso resultado", ha recalcado el almeriense. Tenían acostumbrado a su público a mensajes positivos, por lo que la crudeza de este puso a todos en alerta: "Siempre intentamos traer buenas noticias para la música, para la sociedad, para las artes escénicas... Con la crisis también decidimos decirlo abiertamente, porque lo que hacemos es un servicio público".

Nuevas medidas

Sus palabras dejan claro que esta apuesta fuerte por parte de la sociedad era el impulso que la Fundación necesitaba para tomar carrerilla y seguir adelante. El principal sustento de Clasijazz son las suscripciones. El equipo directivo se vio obligado a subir ligeramente las cuotas para lograr que los ingresos superasen los gastos: "De 20 euros hemos subido a 28, aunque también hay descuento para jóvenes, familias y parejas", ha enumerado Mazuecos, quien, además, recuerda que, de esa cuota, al final del año se desgrava un 80% gracias a la nueva ley de mecenazgo.

Desde que se llevara a cabo la petición de auxilio, en el centro cultural han añadido nuevos beneficios con los que compensar a los socios por su contribución económica extra. Así, entre las ventajas se encuentra una gran cantidad de conciertos totalmente gratuitos para los colaboradores así como reducción de precios en distintas actividades. Para los socios de planta internacional también se ha añadido un plazo de compra de entradas exclusivo para ellos.

Quieren que su primera petición de auxilio sea también la última: "Para que no vuelva a ocurrir esto tenemos pendientes reuniones con los organismos públicos", ha confirmado Mazuecos, quien espera que estos le tiendan la mano para que sobrevivir no sea tan difícil.

Dicho esto, cabe señalar que el ideólogo de Clasijazz, Pablo Mazuecos, ha vuelto a mandar un mensaje para todos aquellos que han contribuido a cerrar la grieta que amenazaba su estabilidad: "Queremos agradecer muchísimo a nuestros socios y a la gente del gremio, productores inclusive. La gente piensa que está todo hecho y que recibimos una cantidad de dinero para poder sostenerlo todo, pero en realidad cubrimos los gastos de la Fundación con la paga de los socios", ha exclamado, para después añadir una misteriosa promesa: "Dentro de poco haremos públicas las entidades privadas que nos han llamado para ofrecer su ayuda. Estamos muy contentos, ha sido una sorpresa muy grata".