Graduada en periodismo y almeriense de toda la vida, Ana Márquez es una mujer llena de sueños y recuerdos; memorias de una época en la que gracias a sus actitudes, su forma de ser abierta, comunicativa y risueña y, sobre todo, su belleza se convirtió primero en Miss Almería y después en representante de España en Miss Tourism World. Es una enamorada del mundo del modelaje, aunque sabe que la imagen es algo fugaz. Hoy, su mayor proyecto es el que crece dentro de ella, su primer hijo.
¿Cómo y cuándo empezaste tu andadura como modelo?
En 2010 fui Miss Almería, tenía 18 años. Fue en el maestro Padilla, luego ya probé en Miss Tourism España.
Fue hace bastante, ¿has notado algún cambio en los concursos desde entonces?
Sí, hace años los concursos de belleza se miraban de otra manera y se valoraban de otra manera. También las oportunidades que salían a nivel laboral eran diferentes. Antes a lo mejor no se fijaban tanto en lo que las mujeres demostraban o lo que podían ser o quiénes había detrás de esa fachada. Se fijaban más en el físico, cosa que ahora ha cambiado bastante. Los concursos ya no son solo de belleza, sino que también se centran en actos sociales, en ONGs, en ayuda a los más desfavorecidos... También depende de a qué tipo de concursos te presentes, porque antes había x certámenes y hoy en día hay 20000 tanto a nivel nacional como a nivel internacional.
¿Te han juzgado alguna vez por presentarte a un concurso?
Sí. A veces tienes que tener ojo dónde te presentas, porque te puede afectar a nivel profesional dependiendo del sector donde te quieras mover. Ser miss es como ser una persona que a veces se tatúa. Tanto con tatuaje como con un pasado de miss estás estigmatizado. Ya te tachan de niña bonita o de que te lo ponen todo fácil, pero al final ya sabemos que eso es un poco mito, nadie en la vida regala nada.
A veces hasta te ponen trabas. A mí me han llegado a hacer bullying y he tenido que ocultar que he sido miss. Cuando era estudiante o estaba de prácticas en el trabajo, muchas veces ni me pintaba o arreglaba, porque no era el mismo recibimiento que tenían conmigo que el que tenían con otras compañeras. Solo por el cliché. Muchas veces he sentido que la gente pensaba: como ella es guapa, pues igual no se ha ganado esto. Sigue pasando a día de hoy.
¿Cómo fue ser Miss Turismo España?
Cuando tenía 23 o 24 años me presenté a Miss Turismo España. Fui representando a Melilla, porque era por comunidad autónoma y en Andalucía ya estaba fichada otra chica. Yo tengo relación con la ciudad autónoma porque mis padres son de Melilla. Para el concurso tenías que presentar una propuesta turística y sobre todo vender tu lugar. Entonces valoraban que las chicas sepan relacionarse, que al final no solamente sea belleza, porque la belleza ya sabemos que es muy fugaz, pero sí que es cierto que se valoraban otro tipo de cositas.
Yo acababa de terminar la carrera de periodismo y mi idea era irme a Madrid para tener más oportunidades laborales, porque siempre me quise enfocar por la parte de televisión y de cine y pensé que el concurso era una oportunidad para ver si conocía a alguien relacionado con ese sector. Y efectivamente me abrió puertas, yo no tenía expectativa de ganar, yo solo quería vivir la experiencia. Pero gané.
Después del concurso, empecé a trabajar en Almería en los primeros trabajillos de empleo joven. De repente me llamaron de Mallorca. Resulta que la ganadora del año anterior tenía que ir a representar a nivel internacional a España donde se hiciese la gala. Yo no tenía ni idea.
¿Y dónde se hacía? ¿Cómo fue?
En Venezuela. En cinco días tuve para prepararme la maleta, pasaporte, vestido y todo y me fui para allá. Yo sola, sin nadie en organización. Llegué a Venezuela destrozada tras tantas horas de viaje. Cuando yo llegué estaba allí Miss Filipinas con unos taconazos de plataformas y con pestañas postizas y ahí estaba yo, la de España, con unas pintas de chándal y ojeras larguísimas. Vamos, un caos. Pero sorpresivamente, yo no sé cómo, pero me quedé segunda por un punto de la japonesa. Fue una experiencia muy bonita exceptuando el viaje de ida y de vuelta.
¿Y qué fases tuviste que pasar en el concurso?
Estuve 12 días o así por Venezuela, visitando sobre todo algunas zonas turísticas de allí, enseñándonos la cultura, nos explicaron un poquito la artesanía, la historia y nos dieron a probar la gastronomía… y luego pues el típico pase de modelos que se hace al final de todos los concursos, que es el día de la gala. El pase era lo típico de desfiles, de bikinis, traje típico nacional, traje de gala. A partir de ahí la ganadora ya se encargaba de viajar a distintos puntos donde dijese la organización y trabajaba con ellos durante un año hasta la siguiente gala.
¿Y después del concurso qué hiciste?
Yo no quedé clasificada, pero es cierto que cuando volví a España a los pocos meses me llamaron y me dijeron que el premio era ir a Tailandia: "Vente aquí a Inglaterra y nos vamos a Tailandia, que tenemos cosas que hacer". Y bueno, un viaje de 15 días, al final se volvió un viaje de 5 años, porque estuve viajando entre Inglaterra, Tailandia y Malasia, de reuniones y organizando las galas.
¿Cómo se valoraban esos otros aspectos más allá de la belleza?
En mi año no tuvimos minuto de oro, pero en España sí que tuve la típica entrevista con el jurado. Cuando una concursante se presenta a un tipo de evento como este, el jurado se fija si son personas con las que van a poder trabajar todo el año. Tienes que ser una persona sencilla de trabajar, que sepa comunicarse y que tenga feeling con la organización. No es solamente, un 'me gusta tu cara'.
Los concursos ahora han evolucionado sobre todo a nivel social. Ya vemos presentarse a abogadas y economistas, además de que la edad de las concursantes está variando, hay incluso mayores de 50 años con familia y antes no podíamos tener niños, todo eso ya sí que ha ido evolucionando. Ahora que las ganadoras sean siempre las más mayores no, pero sí que hay más integridad, diferentes cuerpos, diferentes alturas, diferentes tallas que antes pues eso no se veía.
Volviendo a tu biografía, ¿qué hiciste después de volver de Miss Tourism World?
Volví aquí a Almería, necesitaba un cambio y estabilidad laboral. Empecé a hacer colaboraciones, por ejemplo, con los de Kuver Producciones, haciendo lo de Almería is Different, que era un proyecto en un formato vídeos cortos culturales y de risa. Dejamos de hacerlos con la pandemia. También he colaborado en otros proyectos, como Costa Almeria Fashion Week, ahora estoy colaborando también con la Pasarela AMAC de Almería, que se va a hacer el día 5. Me he hecho autónoma y llevo ya dos años trabajando por mi cuenta en mi empresa de marketing y de creación de contenidos. Ya me casé también el año pasado y este estoy esperando a ser mami, que vendrá para el 2025, para después de Reyes.
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