Verónica Sánchez: “Muero por hacer una película de terror”

Verónica Sánchez, conocida por sus papeles en producciones españolas como ‘Los Serrano’, ‘Sky Rojo’ o ‘Las 13 rosas’, ya tiene su estrella en el Paseo de la Fama de Almería, una distinción que, junto a otras figuras ilustres como Sophia Loren, Ridley Scott o Arnold Schwarzenegger, le dejará para siempre ligada a la historia del séptimo arte en la provincia.

Ha trabajado en teatro, cine y televisión. ¿En qué formato se siente más cómoda?

La verdad que en todos. Creo que siempre he buscado más las historias y los personajes que me hagan crecer y el medio me resulta más secundario. Hay siempre muchos prejuicios cuando trabajas en teatro. Los de la tele tienen prejuicios hacia los actores de teatro. Cuando trabajas en cine, los de la tele... Eso antes ocurría. Ahora ya, con las plataformas, esas fronteras se han difuminado un poco y es más común que actores de cine y televisión se mezclen. Cuando un personaje me interesa y siento que me va a ayudar a seguir creciendo es lo que escojo. 

A la hora de elegir un proyecto, ¿qué prioriza? ¿Una buena historia, un buen personaje o un director o directora en el que confíe?

Ojalá todo junto, ¿verdad? Ojalá todo junto, pero sí. Normalmente a veces dices, bueno, es una historia sencilla pero el personaje es un gran reto. A veces es que hay un director o una directora que dices, bueno, por trabajar con esta persona y a lo mejor el personaje es muy pequeño pero quieres estar. En realidad nunca hay una fórmula, siempre depende de muchas cosas.

¿Algún director o directora con quien le gustaría trabajar?

Uy, muchísimos. Muchísimos. Me encantan Alberto Rodríguez, Sorogoyen, Paula Ortiz... Hay muchos.

'Sky Rojo' se ha emitido en 190 países y su segunda temporada estuvo dos semanas en el top 10 mundial de Netflix. ¿Cómo gestiona la difusión de producciones como esta? ¿Llega a creerlo realmente?

Pues es... No, no te lo crees. No te lo crees porque además no notas el impacto. Con la primera temporada de 'Sky Rojo' fue muy curioso porque estrenamos en plena pandemia. Con lo cual, las ruedas de prensa fueron encerradas en mi casa a través de la pantalla o en un ordenador durante 11 horas. Entonces era muy divertido porque a medida que pasaban los días yo veía, en esa época tenía redes, y los seguidores me iban subiendo de mil en mil diarios.

Era como si hubiera dos yoes. Había un yo digital que estaba subiendo como la espuma y luego mi persona física estaba en el sojá en pijama porque no se podía salir a la calle si no era con mascarilla y además solo de aquí a la esquina. Entonces pasaba que la serie se estaba convirtiendo en un fenómeno pero al no tener, al no hacer un estreno, al no ir de ciudad en ciudad y recibir al público, tenías la sensación de que no ocurría nada. Y estaba ocurriendo todo pero tú experimentabas que no ocurría nada.

Ahora mismo no tiene redes sociales.

No. No. Soy bastante más feliz así. Soy bastante más feliz sin redes.

En cuanto al cine patrio actual, autoras tan maravillosas como Carla Simón, Alauda Ruiz de Azúa o Elena López Riera han conseguido que temas que antes estaban un poco más a la sombra como la maternidad, la identidad o la deconstrucción de los estigmas sobre la mujer se conviertan en éxitos de taquilla. ¿En qué momento cree que estamos?

Pues creo que estamos en un buen momento. Creo que al cambiar al narrador, cambia la narrativa. Entonces, se hablan de otros temas o puedes hablar del mismo tema que hablaría un director pero lo abordas desde otra perspectiva. Entonces, yo creo que estamos en un momento de enriquecimiento de las narrativas nacionales, de lo que contamos, las historias que se cuentan y entonces eso creo que convierte nuestro cine, nuestra ficción en algo mucho más rico, más diverso, más abierto.

Ha hablado de fotografía, y de aspectos técnicos. ¿Se ha planteado pasar a la dirección?

No lo sé. Me lo preguntan mucho creo que precisamente porque me gusta mucho la técnica del cine pero es que tengo tanto respeto a la figura del director o de la directora, me parece tan difícil. No sé si sería capaz de lidiar con tantos frentes abiertos. Un director realmente recibe mucha presión. Lo que sí te puedo decir es que me gusta mucho y creo que al actuar ante una cámara en cierto modo estás obligado a entender la técnica porque es una herramienta, no solo por respeto a la técnica sino porque también tu interpretación se ve enriquecida.

No es lo mismo tener un plano corto que uno medio, no es lo mismo estar trabajando con una lente anamórfica que con otro tipo de lente. Tú sabes que si vas a tener esa lente, puedes hacer según qué cosas puedes proponer y se va a ver enriquecida tu interpretación. En realidad, no es solo trabajar para el otro, creo que también es  jugar a tu favor.

¿Algún género en el que no haya trabajado y que le haga ilusión?

Lo digo desde aquí, directores de España: muero por hacer una película de terror. Sí, sí, terror no me ha tocado nunca y soy muy fan del cine de terror desde que era pequeña. Era una afición que teníamos mi hermana y yo. Siempre digo, Dios, que me llamen en alguna que pueda sufrir desgañitarme, que me apetece mucho.

¿Alguna en especial?

¿Alguna de terror? Hombre, yo sigo... Las voy viendo todas y de las últimas creo que no hay ninguna últimamente que me haya dejado una gran huella, pero sigo siendo muy fan de 'Al final de la Escalera'. Creo que es de las pelis que más miedo me han dado en mi vida.

¿Qué actrices, qué figuras femeninas tenía en mente cuando soñaba con ser actriz?

Estaba especialmente enamorada de Lauren Bacall y de Katharine Hepburn. Me parecían dos mujeres con una fuerza... Me encantaban esos personajes. Había algo distinto en el tipo de personajes que ellas encarnaban y que ellas elegían. Eran mujeres muy fuertes. No siempre en ese lugar de ese cine donde... Bueno, con todo mi respeto. Eran mujeres maravillosas también. Pero quizá fueron mujeres que sufrieron menos que alguien como Marilyn Monroe el machismo de la época en esas figuras, en esos personajes. Me gustaba mucho verlas trabajar y el tipo de personajes que hacían. Me encantaba su vestuario. Eran bellezas atípicas, además.

¿Cómo está viviendo este revival de series como 'Los Serrano' que, gracias a las plataformas, hace que los niños vean las mismas series que se veían hace veinte años?

Estoy sorprendidísima. Y me parece precioso, porque 'Los Serrano', además, tenía dos cosas. Un humor muy temporal, muy local y muy pegado a la realidad política y social del momento. Como los guiones iban llegando, podíamos hacer chistes de una semana para la siguiente porque íbamos grabando casi a contraemisión. Hablan de personajes que ya no están.

Luego era muy localizado y también tenía otra estética. La televisión siempre grababa en multicámaras. Sin embargo, ahora los niños y los adolescentes están acostumbrados a otro tipo de ficción más parecida al cine, con otra factura. Bueno, pues da igual. Sigue enganchando a las generaciones. Incluso cuando la exportamos también me sorprende. El número uno en Dinamarca. Dices tú, ¿por qué le hace gracia a alguien de allí? No sé, pues algo debe tener, que debe ser universal, que traspasa países y generaciones. Así que es muy bonito. Nunca pensé que pudiera tener un recorrido tan largo. Son 20 años ya.