“Tengo medio corazón enterrado en las dunas y montañas del Cabo de Gata”

El título no deja lugar a dudas: ‘Un piano, un pianista y yo’. Este sábado, a las 21:30 horas, ese piano estará en el Teatro Cervantes de Almería. Frente a él, el pianista, David Lads. Y junto a ambos, el ‘yo’ de la frase, que es él: Coque Malla (Madrid, 1969). A partir de ahí, canciones desprovistas de cualquier tipo de artificio que irán conquistando al público en un concierto íntimo y cercano. “El ochenta por ciento es sin guitarra; lo único que arma las canciones es lo que toca David y mi voz”, cuenta el músico a este periódico.

El espectáculo llega al centenario teatro almeriense como parte de una pequeña gira por ocho ciudades españolas que ya ha atravesado su ecuador. El que fuera líder de Los Ronaldos quiso incluir Almería por el “increíble recuerdo” de dos conciertos que ofreció en el Teatro Apolo, uno acústico en 2010 y otro con banda en 2014. “Fueron dos conciertazos con una conexión bestial con el público. Esta vez queríamos ir a un teatro más grande porque esperábamos llenarlo”, confiesa. Y parece que no se equivocó: el Cervantes va camino del lleno.

El autor de éxitos como ‘No puedo vivir sin ti’, ‘Berlín’ y ‘Quiero volverte a ver’ afirma además que tiene un “cariño especial” por la provincia de Almería. “Ahora os hemos puesto los cuernos con Menorca, pero durante muchos años Rodalquilar, Cabo de Gata, el Parque Natural, fueron nuestro lugar de veraneo con los niños [tiene dos hijos con la guionista Macarena Cabo]. Tenemos medio corazón enterrado en esas dunas y montañas maravillosas. Lo echo mucho de menos”, admite.

El origen de la canción
En ‘Un piano, un pianista y yo’, Malla viaja al “origen” de sus canciones. Encima del escenario, buscando la complicidad con su pianista y con el público, busca recuperar esas sensaciones, “antes de juntarte con los músicos, de empezar a poner arreglos y ornamentar la canción”, de los primeros momentos de creación. “Ese momento en que estás en casa, coges la guitarra, encuentras una frase, una melodía, unos acordes, y empiezas a tomar notas hasta terminar el tema”, explica. 

En la propuesta hay una parte de “redescubrimiento” de sus propias canciones, ya que Malla apenas coge la guitarra en el concierto. “Es David quien toca la armonía por mí, por lo que yo me puedo dedicar a la melodía y a la letra, que es la esencia de una canción”, reflexiona.

Esa sensación de libertad le permite “disfrutar muchísimo” y dejarse llevar. “Cuando suena bien y hay conexión con el público, vuelo como no lo hago en un concierto de rock al uso, con la banda y más vatios y decibelios. Es algo maravilloso”.

El lugar perfecto

Para Coque Malla, el teatro, el “templo de las artes escénicas, es el escenario perfecto para cualquier espectáculo, “sea del estilo que sea”. “Si no fuera por los dichosos móviles, que distorsionan la atención, en un teatro la concentración es total. En un festival, si vas a por una copa o estás bailando, te pierdes algo. En el teatro, en cambio, no hay escapatoria. Absorbes la narrativa al cien por cien. Y no solo para espectáculos íntimos, sino incluso en conciertos de rock salvajes”, asegura.

A punto de comenzar la celebración de sus cuatro décadas de trayectoria, el músico disfruta de esta “pequeña gira” como “unas vacaciones” en medio de la “absoluta locura” que está siendo preparar su gira 40 Aniversario, que abrirá el 31 de enero en el WiZink Center de Madrid.

“Estamos trabajando muchísimo: hay estrés, nervios y todos los problemas lógicos de una producción para un monstruo como es el WiZink, que vamos camino de llenar”.