Desde hace unas semanas, y gracias a las buenas relaciones que por parte de sus responsables se mantienen con instituciones y coleccionistas, el Museo Casa Ibáñez ha visto como su exposición permanente se ha enriquecido con una nueva pieza especialmente vinculada a Almería y su Historia: el paisaje urbano “La Chanca” (c. 1950), del pintor Indaliano Miguel Cantón Checa (Almería, 1928-2004).
Un cuadro que ha llegado hasta el Museo Casa Ibáñez procedente del Palacio de la Asamblea de Melilla, y cuya cesión indefinida es una muestra más de los vínculos establecidos con la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla. Una ciudad en la que en septiembre de 2012 se inauguraba el Museo Ibáñez de Melilla y con cuyo gobierno regional se trabaja ya para la firma, en breve, de un convenio de colaboración que permita que las exposiciones producidas desde la pinacoteca ubicada en Olula del Río (Almería) recalen en Melilla tras su exposición en Almería, dándose así a conocer el arte almeriense más allá de nuestras fronteras provinciales.
Hoy esta obra de Cantón Checa, cuya cesión era solicitada por Andrés García Ibáñez y Juan Manuel Martín Robles –Director del Museo Casa Ibáñez– durante uno de sus viajes a Melilla para el diseño museográfico y montaje de la colección que, cedida por Ibáñez, se expone en la Torre del Reloj, ha pasado a formar parte de los fondos de pintura almeriense que la pinacoteca almanzorí exhibe en las cuatro salas dedicadas al arte de nuestra provincia. Un área monográfica del Museo en el que se ha dedicado una sala en exclusiva a los grabados de Federico Castellón; otra a la Vanguardia almeriense, con un espacio dedicado a Ginés Parra y otro al Movimiento Indaliano; una tercera sala monográfica dedicada a Francisco Capuleto; y un último espacio dedicado a la pintura almeriense desde los años 70 hasta nuestros días.
La obra: La Chanca (hacia 1950)
Óleo sobre lienzo de 55x70 centímetros perteneciente a la primera época de Miguel Cantón Checa, en éste paisaje del populoso y popular barrio almeriense de La Chanca se muestra con clarividencia la predilección que el artista mantuvo durante toda su vida por el paisaje y, especialmente, por la característica arquitectura cúbica popular y el desorden urbanístico –propio de un espacio que fue creciendo según las necesidades de sus pobladores– del barrio que se extiende a los pies del conjunto monumental de La Alcazaba. Un espacio especialmente querido tanto por los pintores que en los años cuarenta se agruparon en torno a Jesús de Perceval y el Movimiento Indaliano –grupo del que Cantón Checa fue cofundador–, como por los fotógrafos almerienses, destacándose las bellísimas imágenes de Carlos Pérez Siquier, y aquellos que alrededor de AFAL tuvieron Almería como espacio de inspiración. Un barrio cuya idiosincrasia y pintoresquismo fue excepcionalmente retratado por el escritor Juan Goytisolo y al que la cantante Sensi Falán le ha dedicado alguna de sus más sentidas composiciones.
Desde el punto de vista técnico, esta vista urbana desierta, en la que junto a las viviendas populares características de La Chanca se puede observar restos de la muralla que rodeaba la Almería musulmana, también se presenta como un vivo ejemplo del arte de Cantón Checa. Un artista de pincelada empastada, generalmente apoyada en el uso de la espátula, y una paleta rica en matices y luz.
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