El “Carmina Burana” de la Fura y la OCAL, un auténtico lujo

Las entradas volaron. Almería ha respondido como se merecía este espectáculo. Y las expectativas se han cumplido. El ‘Carmina Burana’ presentado ayer en el Auditorio Maestro Padilla por la Fura dels Baus, con la Orquesta Ciudad de Almería y su Coro, es un montaje rotundo que, sin duda, será recordado como uno de los más potentes del año en la capital.

Ayer, viernes, el Auditorio se llenó hasta los topes, y para hoy ya está colgado el cartel de ‘No quedan entradas’ desde el pasado miércoles. De modo que a las 21:30 horas, cuando se levante de nuevo el telón, tampoco quedará una butaca libre.

Fiel a la idea original

Ya desde el programa, el espectáculo tiene un innegable poder de convocatoria. “Tras 30 años de trayectoria, Agencia Camera y Carlus Padrissa, miembro fundador de La Fura dels Baus, han unido esfuerzos para concebir un ‘Carmina Burana’ fiel a la idea original del compositor alemán Carl Orff, que ideó su obra como una cantata escénica donde la música debía ser parte integrante de un espectáculo escénico y teatral completo”, explica el cartel.

Por otro lado, la Orquesta Ciudad de Almería, en su formato completo, estaría dirigida por Michael Thomas, y el Coro de la orquesta, por Román Barceló. Como solistas, la soprano María José Alcázar, el barítono José Miguel Baena, y el contratenor Manuel Ruiz.

También participa en algunos pasajes un coro infantil dirigido por Nieves Zurita, y un grupo de alumnas de la Academia de Danza de Cristina Samaniego lleva una parte importante del montaje escénico. Un espectáculo, pues, que se prometía “envolvente”, y en el que “el espectador se siente totalmente absorbido por unas fuertes imágenes escénicas, efectos especiales...”. Y desde el primer momento, en verdad, el teatro quedó mudo ante la visión que se alzó ante sus ojos con los primeros compases del ‘O Fortuna’.

A medida que transcurre el tiempo, todo encaja en este espectáculo. La Orquesta Ciudad de Almería (y su Coro) está sonando francamente bien. Magnífica. Para quienes la han seguido a lo largo de estos años, es un gusto escucharla convertida en una agrupación madura, que ya no teme a ningún autor ni formato, a ningún reto.

El ‘sello’ de La Fura

El espectáculo, por su parte, lleva el sello inconfundible de la Fura dels Baus, con su fusión de técnicas escenográficas, la utilización de tecnologías y elementos multimedia, y se basa en un gran cilindro de tul de diez metros de diámetro que envuelve a la orquesta y actúa a modo de gran pantalla en la que se proyectan imágenes.

El tiempo, más de hora y media, se va volando. Bailarines y cantantes aparecen y desaparecen, a veces entre el público, a veces volando sobre una grúa que parece etérea. Y la música, la cantata del siglo XIII que Carl Orff recuperó en el XX e hizo universal, suena rotunda, señalando, como se propone, a nuestros corazones.