Dos meses de aire limpio y comida fresca

Han pasado 11 años desde que Loli acogió por primera vez a Anastasia, una niña, por entonces de 8 años, que llegaba a Lorca después de cuatro días interminables de viaje en autobús desde Mogilev, una ciudad en el oriente de Bielorrusia.

Cansada y asustada, se disponía a pasar los meses de julio y agosto de aquel año en casa de esta familia almeriense.
A aquel vívido momento que ambas relatan le siguen otros cientos de recuerdos de los once veranos que esta chica de 19 años ha pasado en Almería gracias a la solidaridad de familias como la de Loli.

Anastasia reside durante el resto del año con sus padres y su hermano en su ciudad natal, una de las poblaciones bielorrusas afectadas por la radiación que generó el accidente de Chernóbil de 1986, la catástrofe nuclear más grave de la historia.

Como tantos otros, entró a formar parte del grupo de niños procedentes de estas regiones que viajan al extranjero a través de los programas de acogida que organizan diversas ONGs cada verano para recibir durante aproximadamente dos meses, aire limpio y alimentos frescos como frutas y verduras, muy difíciles de conseguir en esas regiones de la llamada ‘Rusia blanca’, por su elevado precio y sus altos índices de contaminación.

Gracias a la cooperación de organizaciones como la Asociación de Familias Solidarias con el Pueblo Bielorruso, con sede en Lorca, estos niños reducen una media del 42 por ciento la radioactividad mediante la estancia en una tierra libre de contaminación y aumenta su esperanza de vida una media de un año y media por cada estancia de treinta días.

Lo que para Anastasia comenzó como una ruta de escape temporal a través de la caridad internacional para poder disponer de la mejor medicina posible, pasó a ser un modo de conocer a las personas que ahora constituyen su familia almeriense y con la que comparte todos sus veranos en una tierra que ahora adora.

Anastasia, que se declaró fan de David Bisbal desde muy pequeña y de la paella y las migas, estará aquí hasta finales de agosto. Después regresará a Bielorrusia junto a su familia, desde donde al menos una vez a la semana habla con Loli y su