800 páginas para leer la historia militar y el patrimonio de las fortificaciones de la capital almeriense. Este es el libro que presentó ayer el consejero de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, denominada ‘Almería, Plaza de Armas’, un amplio estudio del investigador Antonio Gil Albarracín.
El protagonista destacó que es un libro que lleva años gestándose y es el resultado de un método investigativo profundo y de la constatación de muchos archivos. A través de imágenes del libro Gil Albarracín fue explicando el patrimonio cambiante de la Almería histórica y fortificada hasta llegar a la herencia actual que posee la capital, destacando el principal monumento, La Alcazaba, y los restos de fortificación de la II Cruzada predicada por el Papa Eugenio II allá por 1145, que ahora se pueden ver en el Cerro de San Cristóbal.
Evolución histórica
El consejero destacó el valor de esta obra para crear productos turísticos en torno a la riqueza y evolución de la arquitectura defensiva de la ciudad. Rodríguez indicó que el libro tiene un carácter divulgativo y contribuye tanto a comprender la evolución histórica de Almería como a la “reinterpretación que se hace de la arquitectura defensiva, vinculándola no sólo al mero hecho militar, sino a unos valores antropológicos, urbanísticos, tecnológicos y por supuesto históricos, que explican a la perfección la significación de estas construcciones”.
El consejero afirmó que Almería “es, sin duda, uno de los enclaves más singulares que posee la geografía andaluza”, con una historia a caballo entre oriente y occidente y una ubicación estratégica que la convirtió en área de paso para comerciantes y viajeros, y en lugar de asentamiento para muchos pueblos, lo que provocó que “fuera objeto de continuas agresiones e invasiones”, según precisó.
En este sentido, apuntó que desde los primeros poblados romanos en lo que hoy es Almería, su fundación en el siglo X bajo el califato de Córdoba y posterior llegada de la Reconquista cristiana en el siglo XV, la fisonomía que conocemos actualmente de la ciudad siempre ha estado marcada por las infraestructuras y construcciones defensivas, y resaltó que esta singularidad es la que desarrolla Antonio Gil Albarracín en la obra.
Rafael Rodríguez aseguró que una investigación “tan concienzuda” como la que hace el autor sobre estos recursos “resulta clave” para poder llegar a crear un producto turístico en torno a los mismos y hacer llegar a los visitantes los valores que albergan. Por ello, agradeció este estudio que “representa un activo para el turismo y la interpretación patrimonial de la capital almeriense”.
El geógrafo e historiador Antonio Gil Albarracín es Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Barcelona. Cuenta con diversas publicaciones y premios, como el Premio Nacional de Periodismo ‘Casa de Almería en Barcelona 1999’, por una serie de 25 artículos titulados “La Almería de los arquitectos”, así como otras muchas menciones por su compromiso con el patrimonio y la memoria histórica de la provincia.
Representación
En la presentación del libro también estuvo presente el presidente de la Fundación Cajamar, Antonio Pérez Lao, quien destacó el gran trabajo realizado por el autor del libro y el apoyo de la entidad a Albarracín, que también le tendió su mano para su tesis doctoral.
Tampoco faltó a la cita Maite Pérez, de la asociación Amigos de la Alcazaba que mostró su compromiso por la defensa del patrimonio de Almería. Además, Jorge Lirola, de la fundación Ibn Tufayl de estudios árabes también mostró su agradecimiento por la colaboración que ha tenido en el libro. El acto estuvo presidido también por Encarna Caparrós, delegada de Fomento, Vivienda y Turismo.
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