Un ‘vuelo doméstico’ con escala en la Villaespesa

La del miércoles no fue una presentación más. El Gaviero volvía a la escena pública tras un tiempo trabajando en voz baja, casi en silencio. Y los amigos de la editorial los quisieron arropan asistiendo a la puesta de largo de ‘Vuelo doméstico’, uno de los últimos libros proyectados por Ana Santos Payán, alma máter del sello fallecida en marzo de 2014.

Carmen Camacho, autora de este volumen a medio camino entre la poesía y el microrrelato y buena amiga del sello, abrió su intervención recordando lo que a su juicio es una buena editorial. “Yo no sé qué piensan los otros escritores que es una buena editorial, sí diré que este libro ha sido ‘parteao’ como un diálogo aquí en Almería y tiene relación con esta tierra y este mar y una compañera de viaje que ya no está”, expresó en la sala de exposiciones de la Biblioteca Villaespesa. 

Acompañada por el coordinador del Centro Andaluz de las Letras, Juan José Téllez, ya que el acto se enmarcaba en el ciclo ‘Letras capitales’ de este organismo de la Junta, la poeta confesó que le cuesta hablar de sí misma y que va “por libre”. “Lo que yo hago tiene que ver con la libertad, no tiene ataduras”, aseguró. 

Mapa afectivo
‘Vuelo doméstico’, que viene de la expresión inglesa ‘domestic fly’ en referencia a los vuelos que se producen en el interior de un país, es un viaje por el mapa afectivo de su autora en el que se percibe el enfrentamiento entre lo rural y lo urbano. 

“Presenta un claro eco de la poesía popular y el gusto por los aforismos”, señaló Téllez en la introducción. El también periodista y escritor aseguró que la poesía de la jiennense es “personalísima” y nace con “voluntad de ser leída y también oída”.

El público asistente pudo comprobar su musicalidad cuando Carmen Camacho decidió leer algunos de los poemas que conforman el libro. De ‘Cabello de ángel’ a ‘Alta fidelidad’, pasando por ‘Limpieza municipal’, ‘Viejo Windy’, ‘Puerta abierta’ o ‘Niño y trompo’, entre otros. La mayoría ligados con vivencias de su infancia.

Para cerrar, Téllez llamó a la mesa a Pedro J. Miguel que junto a su hija, la poeta Luna Miguel, continúa la maravillosa labor de El Gaviero. El editor respondió a tanto agradecimiento con una frase de Ana: “Los que tenemos que estar agradecidos somos nosotros porque venga tanta gente a un recital de poesía”.