Un año cargado de experiencias, de trabajo, de descubrimientos. Doce meses plagados de momentos únicos que han supuesto un avance en lo personal pero también en lo profesional, en la forma de sentir el flamenco y de expresarse como artista. La bailaora Rocío Garrido (Almería, 1986) ha mezclado todas estas sensaciones en una coctelera que sirve bajo el nombre de ‘Vivencias’, espectáculo que estrena mañana sábado en el Teatro Apolo de la capital (21 horas) con las localidades agotadas desde hace días.
“Vivencias’ es un conjunto de momentos, experiencias y emociones que he podido vivir a lo largo del último año. Hace doce meses hice un alto en el camino, conocí a personas que me han aportado mucho y que han hecho que pueda emprender un tipo de aprendizaje que quizás desconocía en este mundo tan difícil del flamenco”, reflexiona en una entrevista a LA VOZ.
A través de Jesús Amat, Garrido conoció al cantaor onubense Jeromo Segura, una de las piezas clave para que haya nacido ‘Vivencias’. “Además de haber ganado la Lámpara Minera es fabuloso en el cante. Me vio bailar y me dijo lo que me hacía falta y lo que necesitaba para seguir con este aprendizaje. Él me puso en contacto con el guitarrista Miguel Pérez [ambos llevan la dirección musical del espectáculo] y entre ambos me prepararon para el festival de La Unión, donde el año pasado fui semifinalista. Ese fue un peldaño más en mi trayectoria”.
Tanto Segura como Pérez estarán mañana con Rocío Garrido. Además, le acompañará Raúl Botella a la percusión. “Mi baile se mezclará con esta combinación de música y cante. Creo que contar con ellos es un avance más en mi carrera”, asegura.
Además de mejorar en la técnica, estos últimos meses han sido decisivos para que la almeriense se haya empapado del sentir que ahora desplegará en el escenario del Apolo. “Este arte es muy complicado: no es sólo cuestión de técnica, es ser aficionada al cante, entender que no se trata sólo de hacer determinados movimientos cuando te cantan sino que tienes que escuchar, contestar a lo que te están transmitiendo con su voz”, explica.
La bailaora es uno de los mejores exponentes de la frescura del joven flamenco almeriense. Aunque afirma que para ella ha sido crucial salir de casa. “Aquí he vivido cosas fabulosas con mis compañeros pero en Sevilla, por ejemplo, hay un arte y una esencia que no puedes pasar por alto. También he aprendido mucho en Barcelona: he estado tres meses como solista en el Palacio del Flamenco, donde regresaré en octubre. No es sólo la gente: el lugar, el conjunto... todo te aporta”.
Lista para otra noche mágica en su tierra
Rocío Garrido vuelve al Apolo, donde en 2013 estrenó ‘No es lo que soy, es lo que siento’. Ahora regresa con ‘Vivencias’, que luego quiere llevar a otras ciudades. Su genio y su arte se ponen de manifiesto en el cartel, que muestra a la artista en una fotografía de Pako Manzano ilustrada por Antonio Acert. En los últimos años ha sido finalista del Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos en 2011 y semifinalista en el festival de Las Minas de La Unión en 2014.
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