Uno era el entrenador y el otro el ideólogo. Uno los ponía a punto y el otro buscaba los ingresos. Siempre fueron (y van) de la mano Miguel Moreno y Rafael Mezquita, dos profesores que lejos de hacerse domingueros de aquellos tiempos decidieron cambiar para siempre la forma de hacer deporte en Almería y lo consiguieron con creces. Ellos con Francisco Montoya solo tenían las pistas del colegio y un gimnasio. Aquí empezó su aventura hasta que terminaron el Escorial (el pabellón de la avenida Carrero Blanco) y sus muchachos empezaron a llenar las gradas con un balonmano de categoría que robaba papel cada martes en las páginas de LA VOZ al fútbol. Eran incombustibles y sus mentes no paraban ni un instante.
Como en Barcelona
Para los niños de finales de los 70 el Colegio Europa era algo nuevo por descubrir y gracias a la prensa se anunciaban partidos de Segunda División de balonmano, gratis. La gente subía la cuesta y se plantaba a las 12 del mediodía en el perímetro de la pista para ver en acción a unos niños que a los pocos años hicieron de su lugar de juego una Escuela de Balonmano de la que salieron los mejores jugadores.
Aquel 1985
Moreno y Mezquita seguían dando clase en el Colegio Europa pero su Almería caminaba lenta por el mundo del deporte. Un día me comentaron la idea de organizar una gran asamblea del deporte en nuestra ciudad para conocer las necesidades y cambiar para siempre todo lo que había. Se pusieron manos a la obra y toda la directiva del Europa quedó vinculada a una cita que fue la antesala de los Juegos del Mediterráneo y a la que asistieron grandes personalidades del deporte. Ya habían nacido los Juegos Municipales y se proyectaban nuevos pabellones.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/6/deportes/106734/moreno-y-mezquita-cambiaron-el-deporte