Berruezo llegó al club con su Óptica Almería

El salto de calidad fue total 

Berruezo fue clave en la expansión de un gran club.
Berruezo fue clave en la expansión de un gran club.
Tony Fernández
01:00 • 16 sept. 2016

La historia del Europa quedará ligada para siempre a la firma Óptica Almería. Tan joven como los dirigentes del club y recién aterrizado en la capital, un empresario cargado de ilusiones vio en aquellos niños de rojo  una buena forma de lanzar su negocio a los cuatro vientos. Una llamada a Rafael Mezquita y hasta el día de hoy. Fernando Berruezo llegó al club con una bocanada de aire fresco convirtiéndose en sponsor de la entidad y “diciendo a todo que sí”, como comentaba en la presentación de los 40 años del club.




Era uno más
A Fernando Berruezo siempre le han gustado “las cosas bien hechas” y encontró en Miguel Moreno y Rafael Mezquita a dos emprendedores deportivos capaces de no poner límite a una ilusión. Su filosofía “iba en consonancia con la de Óptica Almería por lo que el entendimiento fue rápido”. No era Berruezo solo un señor que ponía dinero en la entidad. Pasó a ser uno más y se implicaba en la vida social de la entidad siendo muy querido y respetado por los jugadores que primero le veían como un salvador y luego “hemos terminado todos siendo buenos amigos”.
Fernando Berruezo hizo mucho por la entidad y así se lo han reconocido con el paso de los años unos dirigentes que en aquella Almería de principios de los ochenta no estaba acostumbrada a recibir ayudas para la práctica deportiva. Europa y Óptica Almería se unieron para siempre en una misma idea y hasta el día de hoy van de la mano ya que crecieron juntos y dieron todo lo que podían al deporte formativo primero y competitivo después. Pasarán mil años y nadie podrá borrar esta gran unión.




Los mejores hoteles Mientras Mezquita y Moreno iban a Óptica Almería a pedir cada semana un poquito más, los jugadores viajaban cada vez mejor y descansaban en hoteles de cuatro estrellas antes de los partidos. Berruezo jamás regateó una sola peseta y facilitó el trabajo de sus muchachos a los que consideraba como de la familia.
Los negocios iban apartando a Berruezo de la pista pero nunca se separó de la colaboración establecida aquel primer día cuando con un apretón de manos se cerraba el acuerdo. “Mezquita llamó a Moreno y no se lo creía. Lo del sponsor nos vino bien a todos”, comenta Berruezo.
 









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