Tino Costa

Un día al preguntar en el Almería por Salva Sevilla me dijeron que era la segunda opción porque la primera “es la bomba”, y yo me quedé tranquilo. El virgitano cansado de esperar firmó tres años en el Real Mallorca.

No les voy a ocultar mi simpatía por el zurdo de Berja porque creo en él como futbolista, y entendía que nadie como Sevilla iba a tener más ganas de jugar con la rojiblanca. Pero esperé la ‘bomba’.

Cuando el club anunciaba que venía Tino Costa al Almería entendí que no ficharan a Salva Sevilla, pero ‘buceando en internet le vi la púa al trompo’. El jugadorazo no venía de brillar en su anterior club.

Esperé, como todos, verlo en acción y sus inicios eran prometedores hasta que soltó el brazo a un jugador del Sevilla Atlético sin venir a cuento y eso no me gustó.

Metió un gol al Lorca y otro al Sevilla antes de lesionarse para tiempo y perderse 8 partidos de golpe coincidiendo con la peor racha del Almería.

Su vuelta fue para 5 minutos y ‘un cruce de cables’ que le ha costado una sanción de dos partidos más. Vamos que entre lesión y sanción ni 10 partidos antes de Navidad: menuda ‘bomba’.

No es normal que un jugador de su calidad y palmarés venga al Almería, pero si vemos su hoja de servicios tampoco ha marcado diferencia alguna.

Creo que para esto teníamos a Salva Sevilla que igual era más barato que Tino. Un Tino que dejaba claro en su presentación que “no vengo de vacaciones al Almería”. Es verdad. Me lo creo.

Si yo fuera Miguel Corona en mi condición de director hablaría con Tino Costa y le diría que después de salir de una lesión hay que tener ganas de jugar y no de dar una patada de juvenil para recibir una tarjeta roja.

Sabía Miguel Corona que su apuesta era muy arriesgada.

No estará contento el director con su fichaje estrella.

Yo tampoco.

Que Lucas Alcaraz arregle esto.