Las chicas piden paso en el mundo del fútbol y cada vez con más fuerza. El fútbol femenino está creciendo en la provincia y la Federación Almeriense de Fútbol que dirige Doblado está encantada de la vida porque es una gran noticia para el balompié de la tierra que las chicas se apunten cada vez más al fútbol. Además, cada temporada hay más chicas en el Colegio de Árbitros, que es otra gran noticia.
Un buen ejemplo de que el arbitraje ya no es solo para los chicos son María Ruescas de los Reyes y Jennifer Cortés Ortega, dos chicas que no dudaron en su día para pasarse por el Colegio de Árbitros de Almería, que se encuentra en la calle Regocijos, y conocer por dentro a la familia arbitral. En poco tiempo, aseguran ambas, que es una familia que merece la pena conocer.
Tanto María como Jennifer hablan con ilusión del fútbol y del arbitraje; se le nota en la mirada que están viviendo una experiencia maravillosa pitando partidos de fútbol canterano o bien actuando como jueces de línea en el balompié femenino. LA VOZ de Almería fue testigo del partido de fútbol femenino en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles, donde juega el Estudiantes y las dos actuaron en la banda con Alcalá Mesas de árbitro.
Jennifer Cortés Ortega llegó al Colegio de Árbitros de Almería hace seis años (ahora tiene 18 años de edad) y asegura que fue un acierto apuntarse para ser árbitro de fútbol. “Llevo ya seis años, seis temporadas pitando. Entré con 12 años y recuerdo que era la bebé en el Colegio de Árbitros”. Está encantada y se le ve feliz porque asegura que ha ido creciendo conforme iban pasando las temporadas: “He aprendido bastante en estos seis años que llevo y siempre con la ayuda de todos los compañeros. También se aprende muchísimo en los partidos porque ahí es donde se aprenden mucho con la experiencia de pitar, ya sea de principal o bien en la banda”, dice.
Pero Jennifer Cortés Ortega tiene un Maestro en casa: su padre, que fue árbitro y de los buenos: “Mi padre fue árbitro y siempre he estado muy arropada por él en todo momento, desde que empecé en el mundo del arbitraje. Se llama Antonio Cortés Quesada, me dicen que fue un buen colegiado. Él siempre me dice que tenga paciencia con los niños y mano dura con los que hay que tener. Estoy aprendiendo mucho de él”, explica.
Llegó al Colegio de Árbitros “gracias a mi padre y me gustaría llegar lo más arriba posible, pero tengo claro que tengo que ir poco a poco y con las ideas muy claras. Hay que estar tranquilo para pitar y atento los 90 minutos. Nos equivocamos porque nadie es perfecto, pero lo bonito es que cada vez hay más chicas en el arbitraje almeriense”
María Ruescas de los Reyes, por su parte, cumplido un año en el mundo del arbitraje: “El fútbol siempre me ha gustado y como siempre estoy siempre bien físicamente, pero el gran culpable de que yo sea árbitro la tiene mi hermano Juan porque él también es colegiado y me animaba muchísimo para que me pasara un día por el Colegio para que probara en el arbitraje y aquí estoy. Me apasiona esta experiencia y la verdad es que me gustaría llegar hasta donde pueda”, dice a este medio.
Ha conocido una familia “muy buena” en el Colegio de Árbitros de Almería y el delegado Rafael me dice siempre que “soy la niña de sus ojos, como su niña pequeña y solo tengo palabras de agradecimiento para todos”. “Las madres nos dicen en el campo que es bonito ver a chicas pitando”. Palabra de mujer.
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