No se le ha ido de la cabeza a Manolo Berenguel durante toda la semana, incluso desde el domingo, día en el que comenzó a darle vueltas a la preparación de este primero de los últimos seis asaltos de la fase regular: “Otro partido trampa, y más todavía después de las circunstancias que vivió Ibiza en la Copa del Rey, con la ‘ida’ de Raúl Muñoz, lo que es una situación complicada para el club, pero a la vez un arma de doble filo”. Viene un duelo extremadamente duro, sin llevarse a engaños: “Sé que ellos tienen mucha hambre de triunfos, muchísimas ganas de mostrar dónde tendrían que haber estado desde la mitad de la temporada, y va a ser un partido trampa, insisto, porque van a intentar aprovechar nuestra visita, algo que vamos a tener que tener en cuenta en todo momento para que no nos pille por sorpresa”.
Este sábado se regresa a la Superliga en una de sus canchas más emblemáticas, la de Es Viver, y el de delante sigue siendo UD Ibiza Ushuaïa Volley: “Es cierto que vive una situación complicada, porque no está mostrando su mejor versión, pero a la vez tiene jugadores de muchísima calidad, en cualquier momento pueden resurgir como grupo y dar un susto a cualquiera”. Abundando más ello, los pitiusos “tienen las armas suficientes para estar en playoffs; han estado tocados anímicamente, lo pasaron mal con todas estas historias de la COVID y la clasificación para la Copa del Rey, y los problemas internos la verdad es que hacen el día a día complicado, pero ahora es otra historia”. Vuelve a empezar el conjunto de Aitor Barreros, “acaba la Copa y sin Raúl en sus filas todo puede cambiar, para mejor o para peor; yo sé que Raúl era la referencia en ataque, un pedazo de jugador, y ahora tenemos la suerte de que no está, pero no sé si a nivel de grupo va a ser mejor o va a ser peor”.
Manolo Berenguel sabe que van sobrados de referentes: “Los que siguen estando, son referentes también, y la verdad es que si nosotros no salimos al cien por cien lo vamos a pasar mal”. Uno a uno, “es un equipo que está bien compensado, también con la incorporación de Garzón, Sergio Ramírez a mí es un jugador que me gusta muchísimo… hay veces que el grupo no funciona por una serie de circunstancias y van a buscar soluciones; uno de los jugadores que más me han gustado en la liga, de todos los que han pasado por el Moisés Ruiz, es Makinen, el finlandés, que me parece un chaval con un potencial brutal, y ahora mismo es la gran referencia en ataque de este equipo”. Se resume rápido: “Lo que llevamos estudiado de Ibiza no corresponde con la realidad, y repito que es un equipo que puede decir muchísimo”.
Bajo la orden de “tenemos que estar preparados”, el técnico ahorrador guarda una mención aparte para Julián García Torres, veterano recién fichado: “Es experiencia pura y dura, que va a dar un buen manejo del grupo, aportando toda su sabiduría; todo lo que va a aportar va a ser positivo; al ‘Juli’ lo conozco perfectamente y si está al cien por cien es otra referencia en ataque, o sea, que hay que tener muchísimo cuidado con este equipo, que es un partido trampa y nos pueden sorprender”. A eso cabe añadir el cómo de su Unicaja Costa de Almería: “La Copa del Rey ha sido una experiencia más y todo es sabiduría; nos pasó ir con el agua al cuello y conseguir meternos en la semifinal, en ella dar la cara, pero no fue suficiente… entonces es sumar experiencias”. Lo que viene, espera que sea halagüeño: “Este equipo puede decir mucho más, todavía seguimos teniendo armas que no hemos sacado, y tengo esperanzas de que de aquí a los playoffs salgan y se ensamblen cosas que vamos a necesitar, si queremos llegar a la final”.
Es la misión, como todos los años y rige los designios del club, esa de jugar finales, y si se puede, ganarlas: “Este equipo está confeccionado para ganar, no es un año de transición, en absoluto; más que para ganar títulos, para jugar finales, ya hemos perdido la oportunidad de la de la Copa del Rey; a lo mejor es una excusa barata, pero la situación era adversa para haber llegado en las mejores condiciones, es la realidad, y así se queda escrita la historia”. Es un argumento que hila con el anterior: “Todavía tenemos mucho que decir, tengo muchas esperanzas porque todos y cada uno de los que componemos el equipo debemos tener claro que está confeccionado para ganar títulos, que no es un año de transición y que hay que luchar ‘a muerte’ hasta que sigamos vivos en las competiciones”.
Berenguel sigue como al principio de la Superliga, más preocupado por sacar todo lo que su plantel lleva dentro de modo individual para mostrar el potencial real de un equipazo como el de esta temporada: “No quiero ni hacer cuentas ni nada, es de puertas para adentro, quiero prestarle máxima atención a lo que tenemos nosotros, seguir ajustando cositas, que nos respeten las lesiones, que nos respete el tema de la COVID-19 e intentar llegar de la mejor manera posible a los playoffs, a cuartos, a semifinales o a donde sea, no quiero mirar rivales ni nada; que acabamos cuartos la fase regular, pues nos enfrentaremos contra el que sea; es que me da un poco igual, porque para ser campeón o jugar una final significa que de un modo u otro tienes que haber jugado bien y haber ganado al que te toque, da igual en casa, da igual fuera, y ahora sin público se igualan las fuerzas, ¿sí, no?, quién sabe, no quiero pensar en eso y sí centrarme en mi equipo y llegar a tope”.
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