Ya hay abanderado. Ya hay, después de mucho tiempo, un chico que debutará en la SVM vestido de verde tras ‘una vida’ en verde. Davit Khatchiperadze (Georgia, 2007), receptor de 189 centímetros, pasa a ser el referente de las nuevas hornadas de jugadores que se forman en las categorías inferiores de Unicaja Costa de Almería. Con 17 años casi recién cumplidos, y siendo un producto íntegramente ‘de la casa’, Pablo Ruiz lo llama a filas: le abre las puertas del primer equipo. “Me siento muy emocionado porque era mi sueño”. A ‘Dato’, como le conocen sus compañeros, le fluye el voleibol y bombea ilusión contagiosa.
Jugaba cuando pequeño a lo que casi todos, a fútbol, también un poco de baloncesto, y en esas se le cruzó un profesor de Educación Física que le asomó al vóley. Era el Colegio Virgen del Mar, al que llegó tras haber nacido en Georgia y venir muy chico a España. En Alicante la familia estableció su primera residencia, después en Roquetas de Mar y desde hace un lustro, Almería, la ‘ciudad del voleibol’. Fue pisarla y entrar en una espiral que le ha conducido hasta este momento: “Gracias a todo el esfuerzo y constancia que he tenido durante estos años, he conseguido estar donde realmente quería estar”. ‘Dato’ pide paso.
Esfuerzo
Su llamada supone que el trabajo del club de los últimos años da sus frutos, creando con paciencia, levantando y afianzando un proyecto canterano de medio y largo plazo surgido desde prácticamente cero. Pablo Ruiz lo sabe, “’Dato’ es la posibilidad de un referente para las categorías inferiores del club, para que el resto de jugadores de nuestras bases y de otros equipos de toda la provincia vean que con trabajo pueden llegar a ser partícipes de un equipo de alto rendimiento”. Eso sí, le resta presión a “un chico en el que veo cosas que no se aprenden, que un buen jugador tiene innatas”.
El técnico almeriense habla de “muchas cualidades de futuro” de su nuevo pupilo, al que observa desde hace varios años: “Tenemos claro que tiene mucho camino aún por hacer, mucho que aprender y mejorar, pero desde el primer momento su actitud me ha gustado mucho, tengo muchas esperanzas puestas en él y estoy seguro de que con ilusión y con esfuerzo va a ser un año importante para él”. La respuesta de ‘Dato’, firme: “Voy a aportar lo máximo, a esforzarme todo lo que pueda en los entrenamientos y durante los minutos que Pablo me conceda en algún partido, y sobre todo disfrutar de esta experiencia”.
Confianza del técnico
El técnico se los dará, seguro, como la parte definitiva de su proyección, en un proyecto en el que las jóvenes perlas tendrán protagonismo. Eso alimenta el objetivo de ‘Dato’, que no es pequeño: “Jugar en ligas de varios países y dejar todos los títulos que pueda para Unicaja Costa de Almería”. Se sabe en buenas manos, con ganas de devolver la confianza que se le está dando: “Sobre todo a Pablo le doy la gracias por darme esta oportunidad, y lo poco que llevo con él me parece un entrenador que sabe lo que quiere, y lo que quiere es llevar el equipo a lo más alto”. Confianza máxima: “Tenemos un equipo con bastante potencial, ya que tenemos jugadores con mucha experiencia y conocimiento sobre este deporte, y me siento orgulloso de formar parte de este grupo de profesionales”.
Se define como “muy competitivo”, asumiendo que “todavía me falta mucho por aprender” a la par que incide más en lo primero: “Me gusta dar el máximo de mí en todos los partidos y en los entrenamientos”. La pasada temporada ya participó en alguna sesión del primer equipo, con timidez, pero dejando destellos de sus posibilidades, incluso fue convocado al partido frente a Villena-Petrer, y la Superliga no le es ajena, pasando de recogepelotas en los encuentros oficiales a ser parte de ellos: “La liga está llena de equipos muy fuertes, como siempre he visto”. Con todo, insiste en que Unicaja Costa de Almería “debe apuntar a lo más alto” arropado por el “¡vamos, verdes!”.
Ese es su mensaje a la afición, de la que también ha sido parte, claro, durante estos años pasados, recordando lo que esto supone: “Se cumple mi sueño de llegar al primer equipo de Unicaja Costa de Almería, de mi club”. El 21 de mayo de 2007, Tiflis, capital georgiana, ‘escuchó’ por primera vez a Davit Khatchiperadze, chico en todo caso de pocas palabras, elogiado por sus entrenadores en el club, Paco López, Pablo Funes y Raúl Pérez. Como hobby, “entrenar todos los días”. Como ídolo, el cubano Miguel Ángel López. Como meta, “jugar en Italia y ser una inspiración para que los más pequeños empiecen a jugar a este deporte tan bonito”. También el club le va a exigir buen rendimiento académico, formación integral. Ahora le aguarda el Bachillerato en el IES Alborán desde su barrio de Altamira.
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