Almería sí que sabe salir a la calle a celebrar como nadie los ascensos

Almería sí que sabe salir a la calle a celebrar como nadie los ascensos

Tony Fernández
20:07 • 18 jun. 2013

Los que pasamos de los 50 hemos vivido los dos grandes momentos de nuestro fútbol. Uno ya está en la lista de abuelos y esto te da cierto derecho a recordar el pasado con toda la nostálgia y aquella ilusión de juventud.
Yo he sido testigo de dos ascensos y me gustaría llegar al tercero y hacer realidad el sueño de equipo ascensor que se merece esta ciudad. Nada más emocionante guarda uno en su corazón que los ascensos a Primera. Miro hacia atrás y me veo trabajando en Saveres con Juan Rojas, Enrique García, Antonio Asta y mi primo Luis. Veo a los mecánicos hablando de fútbol a la hora del bocadillo y mi entrada en el bolsillo, doblada en la cartera.
Lunes, martes, miércoles... no llega el domingo nunca. Que calor hace en Almería, me han pillado el sitio en la Preferencia. Hay que estar de pie. Sale la Peña Los Churros. Todo lo demás está grabado en el disco duro de mi vida. Los goles, la vuelta al ruedo de Maguregui, un río de gente hacia la Puerta de Purchena. ¡¡Somos de Primera!!!.
Aquel fue mi ascenso de aficionado y socio del Almería, el 520. Nada parecido a lo que luego me tocó vivir como locutor de radio. Todo distinto. Más cercano a los futbolistas, al entrenador, a la directiva, a la afición. Y otra vez tan bonito como antes: Almería entera en la calle.
A los abuelos nos gusta más la Primera del Franco Navarro y de Alfonso García Sánchez. Aquel fútbol era a pulmón. Lo que daba la mata. No había mecenas ni dinero de la televisión: pagábamos los socios.
Pero a nuestros hijos y nietos nada más lindo que el ascenso de Emery. El de la Ponferradina y Jose Ortiz. Aquel que se celebró en La Rambla con autobús descapotable con bufandas y banderas. Esta vez celebramos por Emery y por Maguregui a la vez ya que aquellos futbolistas de finales de los setenta no tuvieron paseillo.
Deseo de corazón que mi nieto crezca en una ciudad de Primera División. Y que esta categoría no nos pille tan lejos. Si pasaron 28 años entre mis dos ascensos que las nuevas generaciones tarden menos en conquistarla.
Pero tengo miedo, como todos los abuelos. Girona no sabe lo que es un ascenso a Primera y su reto es aún mayor. Si no lo logramos igual no volvemos en veinte años a 1ª.


 


 




 






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