La mejor defensa es un buen ataque. Tom Dumoulin aprovechó el empedrado de Ávila, ante la imponente Muralla, para atacar a sus rivales lanzado por el equipo Giant. La estrategia dio sus frutos, porque el neerlandés añadió otros tres segundos a su ventaja sobre Fabio Aru al frente de la Vuelta. Dumoulin llegará este sábado a la decisiva etapa de los puertos de Madrid, en la Sierra de Guadarrama, con un mordisco de seis segundos. Todavía un suspiro. Seis minutos antes de la llegada de los gallos, Alexis Gougeard, un francés de 22 años, había rematado con victoria la escapada del día.
En una Vuelta que se va a decidir por segundos, llama tremendamente la atención que se renuncie un día tras otro a las bonificaciones intermedias y de meta. En esta antepenúltima etapa, y penúltima oportunidad de pelea para los gallos, se volvió a permitir la marcha de una escapada numerosa, con 24 ciclistas que se jugaron la victoria.
Vamos primero con la lucha por la general. La etapa pasaba por El Barraco, la tierra de Ángel Arroyo y del recordado Chava Jiménez. Impregnados por su espíritu, los ciclistas del Movistar pusieron un ritmo alto en la ventosa subida a La Paramera que hizo daño en el pelotón, aunque no sorprendió a los favoritos. Alejandro Valverde intentó rematar la faena con un ataque que no fructificó, porque atrás tiró el Tinkoff, en defensa de la cuarta plaza de Rafal Majka. Hay numerosos intereses en la carrera al margen del maillot rojo. A Dumoulin le basta con marcar a Aru… Los demás ya se marcan entre sí.
El marcaje es tan estrecho entre Aru y Dumoulin, van tan juntitos todo el día, que también se accidentan al unísono. En el kilómetro 72, a más de cien de la meta, se había producido una montonera que afectó principalmente a corredores de sus respectivos equipos: el Astana y el Giant. El italiano se cayó y luego tuvo que visitar dolorido dos veces el coche médico, mientras que el maillot rojo no llegó a irse al suelo, pero se quedó momentáneamente cortado.
Valverde insistió una y otra vez tras la bajada de La Paramera. Y tanto insistió, que finalmente abrió un pequeño tramo con una decena de segundos. Su elogiable ímpetu no le sirvió para nada. El murciano fue devorado en el repecho de 1.300 metros de empedrado. El Giant había marcado esa zona en su reunión matinal para intentar sacar tiempo. El lanzador de Dumoulin fue ni más ni menos que John Degenkolb, ganador este año de la París-Roubaix. El maillot rojo sólo se llevó a rueda a Dani Moreno, pero Aru se encontró por el camino la ayuda de su paisano Domenico Pozzovivo, que le ayudó a reducir los daños en la meta.
Hacía 6:18 minutos que Gougeard había alzado los brazos en Ávila. El francés del Ag2R remató su cuarta fuga en la Vuelta con un ataque en La Paramera que culminó en solitario. Se unió así a un nutrido grupo de jóvenes que han estrenado su palmarés en grandes rondas en la presente edición: Chaves, Ewan, Stuyven, Sbaragli, Danny Van Poppel, Lindeman, Oliveira… Alguno de ellos recordará en el futuro que todo empezó aquí.
La visita de Andrés Botero, director general de Deportes de Colombia, que patrocina el equipo de su país, propulsó también a los escarabajos en la etapa abulense. El día anterior ya le habían anticipado al ‘ministro’ que preferían intentarlo en esta jornada en lugar del sábado, porque iba a ser más propensa a la escapada. Y se cumplió el plan. El Colombia metió a tres corredores: Leonardo Duque, ganador ya de una etapa de la Vuelta en 2007 en Puertollano; Fabio Duarte y Juan Pablo Valencia. La guerrera escuadra sudamericana no ha estrenado aún su palmarés esta temporada. Y sigue sin hacerlo. Duarte fue el mejor: séptimo.
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