Sergi y el equipo, a cambiar el chip

No es una opinión subjetiva, sino una conclusión basada en hechos reales, que el sistema que viene empleando Sergi en el Almería no funciona. Ni siquiera en pretemporada, a excepción hecha del duelo en casa ante un equipo de Las Palmas, que vino a pasearse, el Almería ha sido capaz de hacer un partido brillante o conseguir un resultado destacable.
Pero la debacle del sistema se ha producido fundamentalmente en las tres últimas confrontaciones ligueras. Por querer vestir a un santo, el de la retaguardia, se ha desvestido a otro, el de la vanguardia. No se ha conseguido mejorar en defensa y ha caído en picado la producción atacante.
Seis goles encajados en los tres últimos encuentros, lo que supone una media de dos por partido y cero tantos a favor, ponen de manifiesto que ni la pizarra, ni los encargados de llevar al terreno de juego lo que ésta enseñado están en el camino correcto.  

Cambiar el chip
Se suele decir en esto del fútbol que son los futbolistas los que, en definitiva, hacen bueno o malo un sistema. Pero no es menos cierto que una regla elemental de los entrenadores debe recoger aquello de que la táctica debe de acabar adaptándose al perfil de los jugadores con los que cuenta la plantilla. Si un técnico es incapaz de alterar su pizarra y pretende meter con calzador su sistema, no va por buen camino.

No debe ser el caso de Sergi, desde que ha llegado a Almería ha dado muestras de ser un entrenador de mente abierta capaz de alterar su dibujo táctico. Este momento parece haber llegado. Ante el Tenerife se podría ver una revolución. Negar que el equipo va por el camino equivocado es dar la espaldas a la realidad, y por ello ante el desafío de mañana sábado ha llegado el momento de cambiar el chip. Los primeros en reaccionar deben ser los futbolistas, jugando a intensidad máxima, disputando como si en ello le fuera la vida los balones divididos y evitando a toda costa los errores no forzados.

Variaciones
Pero también es importante que el técnico altere su pizarra, que piense que en su plantel hay, al menos, tres delanteros centros importantes para la categoría, como Chuli, Cristian y Quique, y que quizás merezca la pena, como tuvo que hacer su colega y amigo Luis Enrique en Champions, jugar con dos delanteros y con cuatro jugadores en la medular.

Sea de una manera o de otra, lo que la afición espera, desea y necesita es que ante el Tenerife los tres puntos de queden en el Mediterráneo y no se vayan al Atlántico. Si así ocurre, todo el mundo será feliz, en caso contrario, es muy posible que llegue al club su vigésimo técnico.