Un golpe de timón

Todo lo que ha pasado en este año 2015 cabe en una papelera. Nunca los rivales le ganaron al Almería con medio gol y dando la pobre imagen por los campos que han venido ofreciendo jornada tras jornada unos profesionales bien pagados y mejor tratados.

Ni Alfonso, ni Benito, y ni tan siquiera los tres entrenadores que han pasado por él han querido zanjar el gran problema del Almería: el vestuario.

No hay vestuario señores. Se han perdido esas fuerzas vivas que hacían del Almería una entidad diferente y ahora reina el más absoluto caos sin que nadie lo remedie.

Si el presidente sabe lo que está pasando aquí que baje al vestuario y hable con los jugadores. Si los futbolistas valen para Segunda que baje Benito y les pida explicaciones como director deportivo. Y dejo para el final a unos entrenadores que han pedido ante la prensa lo que no se atreven entre las cuatro paredes: que se hablen.

El presidente tiene que dar un golpe de timón al Almería. El club se va a hacer puñetas y no vale con pregonar lo que nos jugamos a los cuatro vientos. Ya lo sabemos Alfonso, queremos algo más. El Almería te necesita.

Debe bajar el dueño del club y hablarles a la cara empezando por Chuli y diciéndole lo que Almería pagó por él. Hablar con Eldin por si quiere aparecer y dejar de hacer túneles. Con los viejos por si están quemados al saber que otros que llegaron después cobran más. Yo hablaría hasta con el utillero que hace la piña antes de saltar al campo.

El contrato de un profesional ante un descenso es como la escritura de un pollero señores. Si baja el Almería todos encontrarán equipo y nos quedaremos con el muerto los de siempre.

Menos “que se hablen” y más hablar con ellos. Tranquilamente a la cara. Como hace un jefe cuando el trabajador no rinde. Ha quedado claro que ni con tres entrenadores se hace vestuario. Que lo intente el presidente que se juega los cuartos. Y la provincia de Almería la Liga Profesional.

Esta temporada me recuerda mucho a la 96-97 cuando Guillermo Blanes clamaba con los Hurtado, Stielike y Braojos mientras el vestuario dividido iba a su bola y Almería llenaba el Juan Rojas para asistir a un descenso ante el Ourense que no está tan lejano. Corrimos más en la grada que en el campo y: al pozo.

Y de aquel descenso hasta la Tercera División.

Alfonso tiene que dar un golpe de timón o se repetirá la historia.

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