Olvidar nuestras cenizas

Cuando Alfonso nos presentó a Sergi como el entrenador del regreso a Primera. Cuando echó millones encima de la mesa y bajó los abonos, todos nos creímos los reyes del mambo y así nos va.

Empezamos a mirar por encima del hombro a los 21 equipos de plata y nos reíamos del Mirandés cuando lo nuestro era ir a San Mamés. Nos merecíamos todos (yo el primero) una hostia como un pan y el fútbol nos la ha dado.

Todo era de color de rosa. El paso por la Segunda sería triunfal. Se ganarían todos los partidos de casa y para abril todos a la calle a celebrar un ascenso a Primera.

Ahora que estamos cerrando el 2015 me acuerdo de donde venimos y miro hacia atrás con miedo a volver a repetir los eternos problemas. Veo que nos podemos quedar sin fútbol por no saber gestionar la humildad.

Las cenizas del ayer no se deben de olvidar jamás. Aquel paso del desierto con dos clubes en Almería no está tan lejano y la unión actual fue una obra maestra de la tecnología federativa: no hubo tal unión y el Poli sigue vivo y el Cefee cambió de nombre. No nos engañemos.

Se nos ha olvidado de golpe aquella salvación con gol de Luna ante el Poli Ejido. Aquel rescate de Paco Flores poniendo la primera piedra del Almería actual. Tantas cosas olvidadas que...

A día de hoy la provincia de Almería se encuentra con un club saneado. 

A día de hoy peligra la Liga de Fútbol Profesional.

A día de hoy una gran plantilla pero no hay equipo.

Y lo peor de todo es que a día de hoy si se marcha Alfonso volveremos al hoyo. Nos quedaremos sin fútbol. Tocaremos la Tercera División y se perderá todo.

Uno no debe olvidar jamás de dónde viene. Es más importante aún que el a dónde se va.

Nos ponemos en las manos de Gorosito.

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