El municipio de Níjar se ha convertido en los últimos años en un destino turístico predilecto para los viajeros, pero es que para ello hay un millar de razones como es una amplia oferta que va desde el sol y playa, pasando por su riqueza patrimonial o el contar en su haber con uno de los Pueblos más bonitos de España: la Villa de Níjar.
Es indudable que los más de 60 kilómetros de costa, enclavados en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, con playas, calas vírgenes y acantilados son algunos de esos atractivos para los visitantes que buscan el sol y la playa, además de haberse convertido en un símbolo de promoción de toda la provincia de Almería. Pero también es cierto que cada vez más a la hora de elegir destino para pasar una temporada de ocio y desconectar “del mundanal ruido” se intenta conocer más a fondo el lugar, buscar lugares con encanto y todo ello se aúna en esta tierra, permitiendo a los que se acercan descubrir lugares como la Villa de Níjar, Huebro, Rodalquilar, Los Albaricoques o Fernán Pérez, por destacar sólo algunos de los diferentes rincones de la comarca.
La rica y variada historia que encierran sus 600 kilómetros cuadrados de extensión ha dejado su impronta en el carácter de sus gentes y en el importante catálogo patrimonial tanto material como inmaterial.
Si comenzamos nuestra ruta por la Villa de Níjar hemos de tener en cuenta que fue incluida en la red Pueblos más Bonitos de España en el año 2019. El trazado de las calles de esta localidad, su arquitectura, artesanía y gastronomía son una prueba de como el tiempo ha dejado su huella en el lugar. En la Villa podemos encontrar dos monumentos tan significativos como La Atalaya y la Iglesia de la Anunciación, ambos declarados Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985. La Atalaya, construida en el siglo XIII es el emblema del municipio y como tal aparece en su escudo. Desde este altozano y tras un pequeño paseo podemos disfrutar de unas preciosas vistas de gran parte de la comarca, ya que cabe recordar que esta torre se alza sobre el lugar en el que se encontraba un antiguo castillo como torre vigía para avisar sobre posibles incursiones piratas. Dichas torres fueron útiles para comunicarse con otras distribuidas a lo largo de la costa, de las que también se encuentran vestigios en la actualidad.
Respecto a la Iglesia de la Anunciación, ubicada en la Glorieta, frente al actual ayuntamiento, señalar que fue construida en el siglo XVI, durante el reinado de Carlos I. De estilo mudéjar, destaca la arquitectura defensiva, su artesonado y el retablo barroco de tres cuerpos.
En nuestro recorrido por uno de los Pueblos más Bonitos de nuestro país es imprescindible acudir al museo del agua, en la plaza del mercado, que junto a olmos centenarios nos ofrece un recorrido sobre la cultura del agua y la importancia de ésta en el municipio. El museo es además Oficina Municipal de Información Turística.
La gastronomía típica de Níjar es la de todo el municipio, es la cocina de la abuela en la que no faltan los pucheros, las patatas al ajillo y esos platos de pescados y mariscos de nuestra cosa, aliñados con los productos de nuestra amplia huerta nijareña. Si tuviera que recomendar un plato típico quizá los gurullos con jibia, la fritá, bueno cualquiera porque todos ellos están exquisitos.
Y antes de abandonar Níjar, lugar al que seguro volverán, pueden conocer más sobre el agua en la ruta de la ribera de los molinos que conduce hasta Huebro, un núcleo de población a unos 5 kilómetros, que vivió de la agricultura tradicional, aprovechando el flujo del manantial de La Zanja que se distribuía a todo el valle. Huebro es de esos lugares donde el ritmo de la vida parece detenerse y desde el que las vistas permiten divisar hasta Cabo de Gata, gracias a su altitud (unos 700 metros). En él encontramos restos de un castillo almohade del siglo XII y su iglesia de 1690.
Si continuamos nuestro periplo por un municipio en el que hay mucho por descubrir no puede faltar el paisaje de Rodalquilar, tierra de una de las mujeres más ilustres del lugar, Carmen de Burgos. El pasado industrial, ligado a la minería, especialmente aurífera, nos ofrece una panorámica de la importancia de esta industria hasta la primera mitad del siglo XX cuando el oro le dio vida a este valle.
Si son amantes del conocido como séptimo arte deben de visitar Los Albaricoques, en el que aún se recuerda que en la década de los 60 grandes del celuloide como Sergio Leone o Clint Eastwood caminaban por estas calles para sentar las bases del spaghetti western. Conocerán las localizaciones de películas tan famosas como 'El bueno, el feo y el malo' o 'Por un puñado de dólares'. Pero es que son muchos los lugares “de cine” en este plató natural que es en sí la comarca: La Isleta, Rodalquilar o Mónsul les recordarán películas como Terminator o Indiana Jones.
Pero Níjar es mucho más, difícilmente enumerable en estas líneas, castillos que jalonan la costa como el de Los Escullos, fueron construidos para defensa de una tierra en la que las incursiones corsarias o berberiscas eran habituales. Molinos, pozos, norias, aljibes, el acueducto de Fernán Pérez y Barranquete, el pantano de Isabel II son prueba de la importancia del aprovechamiento del agua que siempre han tenido los habitantes de esta tierra. Yacimientos arqueológicos, riqueza geológica y natural, sus tradiciones y mucho más conforman un municipio como es Níjar.
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