El picoteo de Pedro Sánchez

No es la primera vez que unas negociaciones se hacen largas en el tiempo y es razonable dar tiempo al tiempo pero el calendario corre y la fecha mas inmediata no es el 2 de Marzo, sino a finales de este mismo mes de Febrero que es cuando Pedro Sánchez tiene que someter a las bases de su partido el eventual acuerdo que durante todos estos días, el secretario general del PSOE está tratando de tejer en lo que es ya un auténtico laberinto. Los compañeros que mañana y tarde están en el Congreso siguiendo las sucesivas ruedas de prensa tienen un enorme mérito. Un análisis medianamente exhaustivo de los discursos de unos y otros llevan a concluir que, en el fondo, estamos, seguimos estando, en la casilla de salida.
Pedro Sánchez, en su legítimo afán de ser Presidente del Gobierno se está dedicando al picoteo político. Habla con Izquierda Unida y hay avances. Habla con Ciudadanos y hay avances. Habla con el PNV y quizás se pueden dar las condiciones para futuros acuerdos y habla con Compromís y las coincidencias no son pocas. Habla con todos pero ni todos ellos juntos le permiten llegar a Moncloa.
Pablo Iglesias, que sí sabe donde está, no está falto de razón cuando insiste en que lo que se necesita es hablar de un acuerdo de Gobierno, que todo lo demás está muy bien, que es posible acuerdos puntuales “con otras fuerzas políticas”, pero que hay que estar a lo que se está. A estas alturas no se sabe muy bien si el PSOE está a salvar la investidura o a formar un gobierno estable. Tanto picoteo político esta generando agotamiento de materiales y todos los que participan en él parece que han entrado en bucle.
Una tesis ampliamente compartida es que, al menos, Sánchez está ocupando espacio. Sin embargo no hay que descartar que tanta sobreexposición al final le pase factura y está por ver que éste picoteo le esté fortaleciendo de puertas adentro de su partido. Creo que tiene derecho a intentar ser Presidente de Gobierno, pero creo también que está llegando el tiempo de no perder más tiempo.