Un ayuntamiento que funciona

Se acaba de cumplir un año de las elecciones municipales, en las que, una vez más, el Partido Popular recibió el respaldo mayoritario de los almerienses. Parece que fue ayer, pero han pasado 365 días que han dado para mucho, tanto como que en la Alcaldía de la capital haya una nueva cara, la de Ramón Fernández-Pacheco, que ejemplifica ese relevo generacional en la política del que muchos hablan, pero muy pocos practican. 
Un nuevo tiempo caracterizado por la búsqueda permanente de consenso con la oposición, algo que solo niegan quienes pretenden utilizar su cargo como trampolín interno dentro de su partido y permanecen por ello instalados en la negación permanente. No es fácil gobernar en minoría, sin embargo, hemos conseguido ser la primera capital andaluza en aprobar y comenzar a ejecutar los presupuestos de 2016 y acabamos de firmar el convenio de los trabajadores municipales con el respaldo del 90 por ciento de la representación sindical municipal, luego nadie -y hay quien lo intenta- puede negar al alcalde su talante negociador, en Almería, pero también en Sevilla o en Madrid, a donde se ha desplazado cuando ha hecho falta para defender los intereses de la ciudad. Se nos podrá acusar de otras cosas, pero de inmovilismo, jamás.
En este tiempo, hemos conseguido, por ejemplo, el apoyo del Gobierno al soterramiento del paso a nivel de El Puche, la cofinanciación de la futura Biblioteca Central, hemos reactivado el proyecto Puerto-Ciudad, hemos puesto en marcha ‘El Cable’, un centro de apoyo a los emprendedores para que el talento de los almerienses no se quede en dique seco por falta de financiación, pero, sobre todo, hemos abierto como nunca las puertas del Ayuntamiento a los vecinos, con la creación de nuevos órganos de participación, como la Mesa del Ruido, el Consejo Municipal Agrario, el Consejo Social de la Ciudad o el Foro de la Alcazaba, entre otros. Queda mucho por hacer, pero vamos en la dirección correcta y tenemos el depósito lleno de ganas, ilusión y proyectos para la ciudad.