Pues nada: a las elecciones que vamos de cabeza

“O sea, que las cosas van mal. Por más que Mariano Rajoy recurra a un proverbio hindú”

Fernando Jáuregui
23:54 • 03 ago. 2016

Si nos atenemos al resultado (a la falta de resultado) de los contactos del presidente en funciones, Mariano Rajoy, con sus interlocutores de este martes y miércoles, Pedro Sánchez y Albert Rivera, todo nos lleva a la convocatoria inevitable de unas terceras elecciones generales en el plazo de menos de un año. Todo un récord. Tanto Pedro Sánchez, que se aferra al ‘no’ intransigente a pactar con el Partido Popular, como Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, que asegura que no dará el ‘sí’, sino solamente la abstención a una investidura de Rajoy, hacen presagiar el desastre.
Y eso que Sánchez, en un ejercicio trapecista, insiste en que Rajoy debe buscar alianzas para gobernar “con las derechas” (o sea, Ciudadanos, con quien -por cierto- antes pactó el PSOE; el PNV, que ha dicho que de favorecer la investidura de Rajoy, nada; y Convergencia catalana, que acaba de firmar la ‘desconexión’ de Cataluña con el resto de España). Igualmente, y eso que Rivera, que quizá llegue a algún tipo de evolución en sus posturas (esperan en Moncloa), ofrece un ‘pacto de Estado’ a Rajoy en torno a Presupuestos y déficit, pero no el ‘sí’ a su investidura. Y, finalmente, y eso que Rajoy se muestra dispuesto a “negociar lo que sea, cuanto sea, cuando sea”... Pero, en el escaso papel negociador que entregó a Rivera y que dicen que Sánchez no quiso ni recibir, se limita a esbozar pactos inconcretos y, por ejemplo, de una reforma constitucional, tan necesaria a juicio de PSOE y Ciudadanos, ni se habla.
O sea, que las cosas van mal. Por más que Rajoy expresase, acudiendo un proverbio hindú, que “se ha dado el primer paso de una larga caminata” porque Rivera, al menos, se ha ofrecido a negociar los temas antedichos y otros, lo que, entienden en Presidencia, abre un portillo a la posibilidad de que Ciudadanos, en lugar de abstenerse en la investidura, diese a corto plazo el ansiado ‘sí’ a Rajoy, posibilidad que tanto Rivera como sus más cercanos niegan vehementemente. Desde luego, con el PSOE, que se niega al parecer a consultar el tema con su militancia, los puentes parecen cortados, y en ámbitos de PP, Ciudadanos y Podemos creen que ha triunfado la estrategia monclovita de culpar a los socialistas si, efectivamente, hay que llegar a las terceras elecciones.


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