¿Puerto o Ciudad?

José Ángel Ferrer
23:24 • 21 sept. 2016

Señalaba Rafael Moneo que “el movimiento moderno no había sabido ofrecer respuestas adecuadas para actuar en la ciudad histórica. La construcción indiscriminada que hacía uso de los principios de la arquitectura moderna había llevado, en muchos casos, a catastróficos resultados, destruyendo ámbitos y ambientes arquitectónicos bien definidos.”
Releyendo estas palabras, me vienen a la memoria recientes intervenciones en nuestra ciudad que parecen ancladas, precisamente, en aquellos principios del movimiento moderno a los que se refería el maestro navarro, como panacea de una modernidad que ni es moderna, ni es actual. 
Recientes actuaciones en lugares tan sensibles como el entorno de la Alcazaba o en espacios públicos del centro histórico, son ejemplo de la medianía que está instalada en numerosos proyectos urbanos y arquitectónicos de nuestra ciudad, a pesar de haber contado con el beneplácito y el consenso del Ayuntamiento de Almería, de Colegios Profesionales y de otros colectivos, por lo que las referidas intervenciones merecerían una seria reflexión por parte de dichas organizaciones.
No obstante, quisiera poner el acento en el futuro diseño del Puerto-Ciudad, una operación urbanística y arquitectónica que no debiera ser fallida como las anteriormente aludidas.
Parece que nuestras autoridades se han tomado en serio lo del Puerto-Ciudad. Y digo intencionadamente “parece”, porque este soniquete ya lo hemos escuchado antaño. Como muestra, merece la pena hacer referencia a los dos concursos que ya se convocaron en 2004: uno, para el diseño del Puerto-Ciudad y otro, para el Cable Inglés. El primero quedó desierto, pero el segundo, adjudicado a nuestro estudio, a día de hoy continúa sin ejecutarse.
Dando por bueno este nuevo impulso que, otra vez “parece”, incluirá a los mismos agentes (Puerto, Junta y Ayuntamiento) que promovieron el concurso de 2004, quisiera incidir en el objetivo que se pretende conseguir con esta reflexión: que se realice una intervención con la máxima calidad y rigor posible.
Uno de los cursos de este verano de la UAL se dedicó al futuro Puerto-Ciudad, poniendo el acento en las cuestiones relacionadas con la gestión, algo fundamental en un proyecto de tanta envergadura, pero no suficiente dada su trascendencia, lo que provoca ciertas dudas sobre el auténtico compromiso de los promotores con la calidad del proyecto y su visión acerca del impacto que producirá esa intervención en la ciudad:
¿Va a mejorar el proyecto la ciudad? 
¿Va a conseguir que sirva de incentivo regenerador para el centro histórico? 
¿Va a posicionar a Almería como un referente urbano en el Mediterráneo Occidental, ahuyentando las amenazas de puertos cercanos  o emergentes? 
¿Va a aumentar el nivel de autoestima de los almerienses con respecto a su ciudad? 
¿Servirá como reclamo para visitas turísticas desde otros puntos de España o fuera de nuestro país? 
¿Será un incentivo importante para la escala de grandes cruceros en nuestra ciudad?...   
La intervención en el frente portuario de Almería debe estar diseñada de una forma cuidadosa, además de resultar rentable y económicamente autosuficiente. Debería convertirse en un ejemplo urbanístico y arquitectónico que permita escalar peldaños a nuestra capital como ciudad paseable, sostenible y urbanísticamente sobresaliente.
No cometamos los mismos errores que en intervenciones recientes. Si queremos que las futuras actuaciones a nivel urbano y arquitectónico en nuestra ciudad aporten un valor diferencial, debemos ser rigurosos a la hora de elegir los diferentes agentes que deben intervenir en todo el proceso, dotándolos  de los recursos necesarios para el desarrollo de su trabajo. 
Me parece bien que un proyecto como el del Puerto-Ciudad se realice por el procedimiento de concurso público exclusivo de proyecto, y no de proyecto y obra, pero sería conveniente sufragar los gastos de los anteproyectos de los concursantes y elegir con especial atención y esmero a los miembros del jurado; en caso contrario, será muy difícil contar con los mejores y, por ende, obtener un buen resultado. 
Hace unas semanas me comentaba el reconocido y prestigioso arquitecto Emilio Tuñón, que lo primero que tenía en cuenta a la hora de decidir si se presentaba a un concurso, era comprobar quiénes eran los miembros del jurado. Si no reunían las condiciones de conocimiento y experiencia acreditada en el ámbito arquitectónico y urbanístico, y no eran personas de independencia contrastada, optaba por no presentarse. Pongamos las bases para que concurran los mejores; será la forma de conseguir que nuestro Puerto-Ciudad sea una referencia a nivel nacional, que contribuya a mejorar la economía de nuestra provincia y que los propios almerienses nos sintamos un poco más orgullosos de nuestra ciudad.


 







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