Centro Andaluz de la Fotografía, sin Pablo Juliá

“No han faltado sospechas de que el Centro podía tener los días contados en su modelo inicial”

Miguel Ángel Blanco
23:38 • 05 nov. 2016

Cuando el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) prepara la conmemoración del 25 aniversario, en 2017, de su creación, y con ello cerrar la segunda etapa del Centro bajo la dirección de Pablo Juliá (Cádiz, 1949), la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, se ha destapado al poner punto final a la dirección de Pablo Julia, al terminar su contrato sin ninguna posibilidad y en el momento más inoportuno. Poco afortunada, en mi opinión, ha estado, pues, la consejera de Cultura, que ha colocado en los primeros momentos al CAF en una gran incertidumbre, hasta el punto de que no han faltado sospechas de que el Centro podía tener los días contados en su modelo inicial. Al parecer, en seguida se ha rectificado y el CAF podrá seguir esperando un futuro cultural con expectativas. Pero, eso sí, ya sin Pablo Juliá definitivamente, que en cierto modo ha sido expulsado del CAF con cajas destempladas. Y éste ha sido un error. Las formas no han sido las más adecuadas en la decisión de Rosa Aguilar y de quienes la hayan asesorado para este “golpe de efecto”.
El CAF se enfrenta, pues, a una conmemoración de sus 25 años, con interrogantes, lo que exige, en estos momentos, una reflexión profunda sobre la imagen fotográfica y sus grandes aportaciones en el contexto cultural andaluz.
En primer lugar revisar con sentido crítico los objetivos marcados en el Decreto de creación del CAF y su grado de cumplimiento: Recuperación del patrimonio fotográfico andaluz. Promover fondos documentales para el estudio de la fotografía. Constituir un Fondo de la fotografía de creadores andaluces o vinculados a Andalucía. Promover proyectos de investigación sobre fotografía andaluza. Creación del censo de la fotografía y fotógrafos andaluces. Difusión del Patrimonio Fotográfico de Andalucía, mediante actividades culturales, talleres, seminarios, publicaciones, clases de iniciación a la estética fotográfica; programas de encuentros e intercambio con otros centros de la Fotografía, nacionales e internacionales. Creación de un Festival de la Fotografía.
En esta perspectiva, se pueden hacer distintas propuestas: 1) Recuperar la publicación de la revista del Proyecto Imagina (1990-92), aplicada a la actualidad. 2) Recuperar el Premio Andalucía de Fotografía. 3) Línea editorial propia. 4) Potenciar encuentros y debates culturales sobre la relación entre fotografía, cine, fotoperiodismo, literatura, poesía, música, naturaleza, etc., y sobre la Historia de la Fotografía. Y analizar, con sentido crítico, el proyecto fallido de creación del Centro Andaluz de la Imagen, que pretendió relacionar el CAF y la Filmoteca, proyecto que fue un error, que nació sin perspectivas y que nunca se ha desarrollado.
Mención aparte merece conmemorar los 25 años en 2017 con una reflexión en torno a la génesis del CAF: el “Proyecto Imagina (19901992)”, promovido por Manuel Falces (Almería, 1952-2010), director-fundador del Centro, y su destacada aportación. Y para ello era importante la aportación de Pablo Juliá, una de las referencias destacadas del fotoperiodismo a nivel nacional. Aparte de su obra personal, Pablo Juliá formó parte de la Comisión Asesora del CAF (creada en 1997), junto con Cristina García Rodero y Ricardo Martín. Así pues, Pablo Juliá ha estado en los entresijos del CAF prácticamente desde los primeros pasos. Colaboró a fondo con Manuel Falces y ha dirigido el Centro durante su segunda etapa (2007-2016). En estos años, con la crisis de los recortes por medio, el CAF ha sobrevivido en la vida cultural andaluza, y lógicamente con los interrogantes propios del tiempo actual. Con los 25 años es el momento oportuno para reflexionar sobre todo esto y sobre el futuro, a la espera de resolver el enigma que supone el nombramiento de un nuevo director. 
Y esto hacía imprescindible la presencia de Pablo Julia, para cerrar con rigor y de forma brillante los 25 años del CAF. Hubiera sido entonces el momento de que Pablo Juliá dijera adiós al CAF por la puerta grande. Y no de la manera en que se ha hecho. Mientras tanto, el CAF permanece, con actividades, pero en compás de espera.


 







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