Acabar con el incivismo

El Pleno municipal aprobaba en la tarde de ayer de forma definitiva la nueva Ordenanza Municipal de Limpieza en Espacios Públicos y Recogida de Residuos, una herramienta legal que se adapta a la realidad social actual, muy diferente a la de 1987, fecha de la que data la anterior, que ya se había quedado obsoleta. 
Como sucede en estos casos, la atención mediática suele fijar su punto de mira en las prohibiciones y sanciones que de ellas se derivan para los incumplidores, pero niego la mayor y la mejor demostración de que la nueva Ordenanza no tiene un afán sancionador o recaudatorio lo demuestra el hecho relevante de que haya sido aprobada con la unanimidad de todos los grupos políticos municipales.
Y ha sido así por la importancia que supone para la ciudad poder contar con el instrumento necesario para que los ciudadanos decentes, que son la mayoría, puedan ver defendidos sus derechos frente al incivismo de un grupo que es minoritario, pero que causa un grave daño a la imagen de la ciudad y al bolsillo de todos los almerienses porque quien paga la quema de contenedores, la limpieza de los chicles incrustados en las aceras, de las cacas de los perros en las calles, de las pintadas en las paredes o del esturreo de las basuras de los contenedores, por ejemplo, no es el Ayuntamiento, somos todos los vecinos de la ciudad con nuestros impuestos, dinero que podría ir destinado a otros servicios más provechosos.
La limpieza es cosa de todos, de la administración y del ciudadano, que debe estar concienciado en que se debe mantener la calle igual de limpia que su casa. Y como en casi todo en la vida la educación es clave, por lo que vamos a seguir impulsando campañas de sensibilización en los colegios porque muchas veces son los pequeños los que educan a los grandes.
Queremos que Almería esté más limpia y desde el Ayuntamiento vamos a hacer todo lo posible para que así sea, pero solos no podemos. La ciudad la hacemos entre todos y entre todos tenemos que cuidarla, cada uno asumiendo su responsabilidad. No va a ser fácil, pero me niego a pensar que es imposible.